Hace algún tiempo conocí a un hombre guapo, inteligente, divertido, amable… Demasiado bueno para
ser verdad, algún defecto debía estar oculto por ahí. Después de unos días que
nos conocimos por fin me invitó a su casa. ¡Uf! Un desorden
terrible. Pensé: Bueno, esta era la “pifia” que estaba buscando, pero después
descubrí que se escondía algo mucho peor.
En nuestra primera cita
conversamos durante horas y horas. Entre tantas palabras
mi mente no paraba de pensar “mmm parece que este es el hombre que estabas
esperando Churrito”, así que una vez más quise convertirme en una niña buena y no tener sexo con él esa noche, quería conocerlo mejor y esperar, así ese hito sería
más dulce. Costó pero lo logré. Aquel
día solamente nos besamos.
La segunda cita fue aún mejor,
conocí cosas de él que me fueron maravillando más. Nuevamente nos besamos y no
hubo “cochinada”. Como era de esperarse, para la tercera vez ya no me aguantaba
más, así que cargué mi cajita porta condones y me fui a su casa. Sí, el
desorden no era su mayor defecto. ¡El sexo fue terrible! Un beso, mano en la
teta, yo sin ropa, él dentro mío, mete-saca, eyaculación y fuera. Así de mecánico,
así de fome. Él parecía un animalito satisfaciendo sus instintos, nada de
pasión, de seducción, de conquista… sexo puro, vulgar y yo sin sentir una gota
de placer ni mucho menos un orgasmo.
Pero tengo corazón de abuelita,
así que luego pensé: Quizás estaba nervioso, ansioso, acumulado… le daré otra
oportunidad, no puedo juzgar a tan buen hombre por una mala performance. Me
deleitó aún más con la conversación que tuvimos en esa nueva cita, pero el
resultado en la cama fue el mismo: Un beso, mano en la teta, yo sin ropa, él
dentro mío, mete-saca, eyaculación y fuera. No me presta atención, no me lee,
no me descifra, no le importa si lo paso bien o mal. Al parecer él lo disfrutó,
pero para mí el piloto automático no funciona. Como ya me conocerán, nunca
aprendo mis lecciones, hubo una tercera y cuarta oportunidad con el mismo mal resultado.
Sin embargo, todos los post-(mal)coito fueron extraordinarios, llenos
de caricias mutuas y besos suaves y pausados, una extraña y embriagadora
comodidad al estar desnuda junto a él, hasta la última célula de mi piel siendo
acariciada por la suya entre los más sobresalientes diálogos a corazón abierto
que he tenido, envueltos por el olor a sexo que tanto amo.
Hace tiempo no nos vemos, pero él me busca de vez en cuando para que lo visite. La verdad, no sé qué hacer. Si ya tuvimos sexo en varias ocasiones siento que llegamos al punto en que no puedes expresar
arrepentimientos. Después que el sexo se hizo habitual, ¿cómo le digo que ahora solamente
quiero conversar? ¿Hay una forma sutil de expresar que amo nuestras
conversaciones, pero odio que me penetre? Y si lo guío más, ¿podrá mejorar? Y
lo que más crucial, ¿cómo puedo seguir teniendo esos perfectos post-coito sin tener que sufrir ante el
horror de “un beso, mano en la teta, yo
sin ropa, él dentro mío, mete-saca, eyaculación y fuera”?
Yo le daría el out, pero sinceramente habla con él en una de esas cambia la situación. Sino, fiiiiiiiiiiilllllllooooooooooooo amiga! Cariños
ResponderEliminarMejor habla con él! Le puedes explicar que no es lo que te gusta.. Q te gustaria q fueran compatibles en todo, y no quedarte callada cuando pase, por ejemplo le puedes pedir mas besos antes, que te deje mas tiempo con la ropa y cosas así, es importante conversar mientras pasan las cosas, no sólo antes o después así los dos pueden arreglar cosas :)
ResponderEliminarSuerte! Ojala te quedes con el porque encontrar a alguien interesante e inteligente con quien se pueda compartir y conversar con comodidad es lo mas dificil
Constanza R.
Leyendote recordé un capítulo de sex and the city. Buena conversación, gratos momentos pero sin chispas en la cama. Creo que la solución es hablarlo, no te queda de otra y quizás el sea tu chico perfecto.
ResponderEliminarMe gusto :D
pooooooooobre!!! sabes qué te digo? si de verdad es tan maravilloso todo lo demás, estaría bien que le hicieras un favor y hablases con él.
ResponderEliminarpueden pasar dos cosas:
a) que sienta su hombría atacada, entonces no merece la pena el esfuerzo.
b) que aprenda a follarte como dios manda y le cambies la vida, nadie mejor que tú para guiarlo en el arte del sexo.
aunque yo en verdad haría otra cosa, primero me lo llevaría a un sex shop y le haría comprar unos cuantos juguetes, después, lo sentaría y le obligaría a observar sin participar en mi fiesta particular, cuando viera lo que es una mujer bien cachonda seguro que se daría cuenta de lo manta que es en la cama y se esforzaría por mejorar!!!!
Cotonito bella, diset justo en el clavo: falta chispa.
ResponderEliminarDados los consejos de topdas, parece que lo mejor es hablar de frente y francamente. Las indirectas no han funcionado y comentarios como "me gusta taaaanto que me hagan nanai" no han dado resultado.
Me da pesar que se sienta atacado, pero como dices mi querida Maha, si así fuera, no vale la pena. Parece que tomaré tu plan maquiavélico a ver qué tal me va. Luego les cuento.
Gracias a todas por sus comentarios. BESOTEEEES!
Habla con él, dile las cosas tal como nos lo cuentas ahora, haciendo hincapié en tooooodo lo bueno que tiene, y anda guiándolo, de seguro que puede aprender y disfrutar mucho más también.
ResponderEliminaruuuuffff, me pasa casi lo mismo el tema es al reves, el ya no quiere sexo y me lo dijo...hablamos por horas cada día, es el primero con quien hablo en la mañana y el ultimo antes de dormir, me voy para su casa tardes enteras y lo paso increible, nisiquiera necesita explicarme las cosas porque se exactamente que es lo que quiere decirme pero lamentablemente pasamos a la etapa de amistad y creo que ya no podremos salir de ahí.....estoy sufriendo porque lo adoro y lo paso increible con el pero no se si puede seguir siendo solo su amiga...
ResponderEliminarReplica Hublot
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