Por loquepiensoenletras desde Chile (P)
Se acerca el verano en Chile y con eso las ganas locas, de todo el mundo, de comenzar a realizar algún tipo de actividad física que las deje listas para poder lucir el bikini en 4 meses más. ¿Lo malo de querer empezar tan tarde? Es difícil en cuatro meses conseguir lo que no lograron en un año; todos los gimnasios están llenos y en algunos lados las clases ya están copadas o han subido su valor. Lo bueno, nunca es tarde para empezar (y siempre es mejor algo que nada) y quizás enamorarse de algo que se convierta en una actividad de mucho más cuatro meses.
Todas hemos visto la imagen de central park con la gente patinando en hielo o la de Miami con chicas regias en bikini con roller por el borde de la playa; también, más de una vez, alguna modelo guapa de la TV ha dicho que la “cola” que tienen es gracias a que anda en patines (y aunque no se qué tan real sea que es solamente por eso, puedo asegurar que el andar en patines es muy buen ejercicio para esa zona y además para casi todo el cuerpo, ya que más allá del trasero y las piernas, también trabaja la zona dorsal, abdominal, y los brazos), y además, todas (o casi todas) en algún momento de su vida han andado en patines y tienen ganas de volver a hacerlo, entonces, ¿por qué no retomarlo?
¿Cómo empezar? Ahora te digo cómo.
1.- Si no tienen patines pueden conseguir unos de buena calidad por alrededor de $30.000.- pesos chilenos. Los más caros pueden llegar a costar sobre $150.000.- (ahí depende del poder adquisitivo de cada una).
Estos son los de 30 mil
Sobre 100 mil
2.- Deben usar casco; sirve el mismo que se usa para andar en bicicleta; también hay de todos los valores y de distintos diseños. Ustedes también eligen según su gusto.
El típico que se usa también para andar en bicicleta
Este es más urbano y también sirve. Lo importante es que, independiente al diseño, usen sí o sí
3.- A mi gusto, las protecciones de rodilla y codo son opcionales; depende del nivel seguridad (o inseguridad) que sientan en el momento de comenzar.
4.- Con toda la implementación lista, pueden empezar probando los patines en la alfombra de su casa o en el pasto; si se sienten más seguras pueden salir a dar una vuelta por ahí y empezar a tomar confianza; si no saben nada, no se preocupen, hay un montón de grupos nuevos donde les pueden enseñar y además pueden hacer amigos. En el GAM, practica en la semana el grupo “patín urbano” (búsquenlos en Facebook), la mayoría son “adultos jóvenes” que pasan después del trabajo y se ayudan entre todos para aprender; también está “roller tour” (también pueden buscarlo en Facebook), que están en el Parque Bustamante; en el Parque O’Higgins pueden encontrar varios clubes y en todos hay, por lo menos, un par sub-30 (o sub-40) recién aprendiendo, así es que no piensen que es demasiado tarde para empezar. Por último, con el cierre de calles los días domingo, en cualquier recreovía pueden encontrar muchas personas en patines dando sus primeros pasos u otros más experimentados que dedican horas a patinar por las calles de Santiago (en Facebook también pueden encontrar la “ruta de los pollos”, que es un grupo de personas que se juntan a patinar los domingos y que el único requisito es tener las ganas de ir; se llama de los pollos porque la idea es que sea gente que no tiene mucha experiencia por lo que son caminos relativamente sencillos y además hay gente que sabe que también los va ayudando).
Como ven, no hay excusas para no andar en patines, solamente necesitan de una calle y de las ganas. Además, nada más rico que estar al aire libre, mirar el paisaje y salir simplemente cuando a una le den ganas. Quién sabe si después, al igual que muchos, no los pueden dejar y se van hasta al trabajo patinando o lo convierten una actividad para todo el año; por lo menos yo, espero no dejarlo nunca, si alguien quiere sumarse el próximo fin de semana…¡¡¡bienvenida!!!
Si ella aún lo hace, ¿por qué nosotras no?
Nunca es tarde para empezar.
yo voy en patines al trabajo un beso paula
ResponderEliminarComenzar a andar con patines es encontrar el equilibrio entre la emoción y la paciencia. Paso a paso, con postura firme y confianza, se despierta un mundo de libertad sobre ruedas.
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