Leía en otro blog sobre la más famosa de las depilaciones femeninas cuando me fui topando con otro tema relacionado al "sentirse limpiecita". Resulta que actualmente, a diferencia de hace 100 años atrás, existen en el mercado un sinfín de productos destinados a limpiarnos bien limpias. Partiendo por los relativamente novedosos jabones "íntimos", que según el blog que lei son pura propaganda y en nada nos ayudan a ser más higiénicas puesto que, aunque el envase nos diga que tiene ph neutro y que presisamente por eso son más "suaves" para ese sector, resulta que de acuerdo a l@s entendid@s en la materia, o sea, ginecólog@s y matron@s, lo único que debiéramos usar en ese lugar, y en nuestros cuerpos en general a la hora de bañarnos, es agua.

Me quedó dando vueltas el tema ya que cuando he ido al súper siempre me topo con estantes repletos de un sin número de productos destinados a limpiar, exfoliar, perfumar, suavizar, reafirmar, drenar y hasta broncear cada parte de nuestros cuerpos. Como soy media vanidosa y tengo la piel tirando para la sequedad, con los años he ido probando todos los tipos jabones que se puedan imaginar, en barra, crema, ultra líquidos, con perlitas exfoliantes, con olor a fruta tropical o postre y hasta hace poco un aceite de limpieza Eucerin que se supone que no tenía sulfatos ( que es lo que hace que le salga espuma al jabón) y que por eso era menos agresivo para mi piel. Pero según dicho artículo, no nacemos con la barra de jabón adosada a nuestras manos y que por lo tanto no es extraño plantearse una higiene que no recurra a productos químicos que, aunque nos ayudan a eliminar impurezas y gérmenes, arrasan también con los aceites protectores de nuestra piel. El agua tibia por sí sola debiese ser suficiente para deshacernos de suciedades superficiales y especialmente de las íntimas, puesto que mientras menos se interfiere con químicos nuestra piel se reducen las infecciones y la resequedad que acarrea la interferencia de nuestro PH natural.

Después de leer el artículo decidí realizar un pequeño experimento y entré a la ducha con tan solo un buen cepillo de fibras naturales para escobillarme y una esponja de esas redonditas y planas para la cara. Usé agua lo más tibia que mi cuerpo me permitiera y salí después de la ducha, suuuuuuuuuuuuuper suavecita, aunque sin ese olor agregado de frutas o chocolate al que estaba acostumbrada, pero al fin y al cabo limpia igual. Es más, noté que la cara hasta la tenía más radiante, no sé si por la temperatura del agua o por el trabajo extra que emplee con la escobilla a modo de compensar ( psicológicamente en parte) el no uso de jabón. Ya han sido tres duchas así y les juro que mi piel cada día está más suave y hasta se ve más sana, más luminosa ( no brillante de mugre como podrían pensar personas más cínicas). Obvio que me hecho desodorante, eso es muy difícil de reemplazar a no ser que vivas en una comunidad hippie haciendo empanadas, y me aplico mi buena crema que ahora es sin perfume. 

Es muy raro sentirse limpia sin usar jabón, pero al parecer mi piel me lo está agradeciendo.