¿Alguna vez se encontraron con el mítico cartel que tenía la palabra SEXO en el enunciado? Lo miraron, ¿cierto? ¡OBVIO! Es una de las formas más fáciles de hacer que el 99,9% de las personas que cruzan la mirada por ahí lean lo que sigue sin tener que invertir en publicidad. En la universidad donde estudié se vendían desde calculadoras hasta sofás con esta palabra, en letra enorme y roja, que nos llama tanto la atención donde quiera que la pongamos.
La etimología de la palabra sexo nos habla de la diferenciación entre el macho y la hembra. El significado nos dice que son los órganos sexuales, entre otros. Pero la definición que nos provoca interés es: “actividad física relacionada con la reproducción que proporciona placer sexual”. No se han preguntado ¿por qué una palabra tan simple, de solo 4 letras (como otras, lo sé), nos evoca sensaciones tan profundas (buen calificativo) en cosa de microsegundos? Porque no podemos negar que al leer o escuchar esa palabra nuestra atención es inmediata. Nos volvemos pasión pura. Para bien o para mal, sentimos la necesidad de comunicarnos… ya sea con una leve sonrisa, con un comentario de alguna performance o con una arrugada de nariz por la escasez. Todos tienen algo que decir sobre el tema, aunque no lo verbalicen. Es tan universal como pocas cosas en la vida.
Así, sin más, esta palabra se convirtió en el ícono del placer, desplazando a la palabra placer de su lugar obvio. La palabra sexo nos gusta por lo que implica, porque somos animales y ese es el único momento en que nos conectamos realmente con nuestro cuerpo, porque ahí no importa lo que piensas sino lo que sientas y el sentir se vuelve tangible, porque se paraliza el tiempo en función del goce y no importa como fuiste ni como serás, porque nos conecta con otro ser humano de forma perfecta, nos da sentido como raza.
Históricamente el hombre sabe lo que quiere del sexo y lo pide, sin tapujos ni complejos, pero nosotras, las féminas, ¿nos estamos haciendo cargo de nuestro placer en el acto sexual? Hágase la pregunta, o hágasela a su pareja, ¿alguna vez he dicho con todas sus letras lo que quiero en la cama? Ahí aparecen frases típicas como: “es que es obvio” o “prefiero guiarlo” o “no es necesario”. Bajo mi criterio, hablar de sexo es imprescindible para una buena vida sexual, ¡debería ser un ramo obligatorio en la malla curricular! El debate nos entrega la posibilidad de intercambiar opiniones y vivencias, dándole un tono natural –porque lo es– en nuestra vida cotidiana.
El sexo en mi vida juega un papel esencial. Me gusta pensarlo, hablarlo y practicarlo. No hay lugar ni hora apropiada para conversar del tema, para mí es un deleite en todo momento. Y me gustan los detalles sórdidos, esos que nos obligan a imaginar y rememorar obras propias. Aunque debo decir que en mi interior tiene un significado mucho más profundo, es harto más que una palabra cachonda… es magia sin trucos, es creatividad pura, es conexión absoluta, es preocupación máxima, es placer sin límites, es juego sin pudor, es suavidad intensa, es energía universal, es la verdad cruda, es diversión sin culpa, es pasión descontrolada. Para mí el sexo es libertad… ¿y para ti?
Siento que Sexo debiese ser una palabra como Chocolate, parece correcto e incluso más natural. Sin embargo no todos fuimos criados como dispuestos a poner Sexo en la misma categoría de las otras palabras. Para mí, pese a toda el agua bajo el puente, aún es difícil mencionarla en voz alta sin pensar dos veces si estoy en el lugar coreecto para tomarme tamaña libertad. La siento como una palabra que es libre sólo para quienes sienten haber nacido libres y por haber tenido una formación católica/conservadora fuerte, me quedaron llagas cerebrales que no sanan sólo con lógica y experiencia. Espero no heredar tabúes a mis hijos como mis padres y profesores hicieron, aunque haya sido con buena intención. A ver si algún día ellos son tan libres como tú para escribir belleza y simplicidad donde yo tiendo a callar. Otra vez buen tema, Rocío.
ResponderEliminarComo vengo de una familia media hippie para sus cosas ( en el sentido, seamos todos hermanos, no en consumamos todas las drogas del mundo), sólo al entrar a la universidad y compartir sobre experiencias sexuales con otras amigas que me enteré que las mujeres a veces se quedan mudas y no le dicen a su pareja lo que quieren. O peor, no han tenido nunca un orgasmo y/o no saben que hacer para tenerlo. A eso se le suma todo el tabú social que condena esta hermosa actividad con que es "la cochiná" y que la mujer tiene que ser quedadita etc.
ResponderEliminarExcelente entrada, me trajo lindos recuerdos.
Para mi el sexo es libertad y es algo que de lo conocido se transforma en lo desconocido, me sorprende cuando sigo descubriendo cosas nuevas y sensaciones nuevas con mi pareja, me imagino que hay mucho más aun por sentir. Con mi novio tenemos una excelente comunicación desde el comienzo que ha sido también aprendizaje mutuo, es super importante conservarlo, las mujeres no deberían tener vergüenza frente a estos temas y tampoco pudor en la hora de.
ResponderEliminarBuena entrada besos
Hay quienes dicen que a las mujeres se les nota cuando carecen de sexo, por ejemplo: dicen que andan idiotas o que lucen como perras envenenadas y tienen el pelo opaco (esto último sale en la peli El chacotero sentimental). Y a los hombres, ¿se nos nota cuando no tenemos sexo? Porque si es así, me gustaría saber algún indicador que nos delate..., ¡qué pudor! Y no es que diga que no tener una vida sexual activa sea indigno, pero vamos, en una sociedad tan sexualizada como esta, no gozar del arte amatorio es equivalente a llevar una L enorme en la frente.
ResponderEliminarEs verdad que la primera novia de todos los hombres es Manuela Palma (tan incondicional como económica y complaciente), pero para quienes sabemos lo que es tener a otro cuerpo arriba, abajo, al costado (...) del nuestro, la existencia de Manuela pasa a ser una alternativa pero no la más óptima. De pequeño ya me perseguía el tema, porque andaba el rumor de que los que se masturbaban mucho le salían bello en las manos, y para mi suerte yo tenía y mucho!!! También recuerdo cuando escuchaba "sexo" de Los prisioneros y evitaba cantar su letra delante de mis padres y mi abuela, jajaja... era, por lejos un tema tabú.
El sexo es transversal, quizás el tópico (que palabra más representativa para el tema, jajajá) lo que moviliza más al hombre..., si ni siquiera los religiosos que consagran la vida a Dios se salvan, ya que el celibato que deben cumplir es tan inviable (es la opinión de muchos, entre ellos, yo), que hoy por hoy varios curitas son los primeros en caer en tentación.
Supongo que todos quieren sexo... algunos pagan por él y los que no, simplemente lo reemplazan por chocolate y/ o helado... Yo suelo poner esa palabra de cuatro letras (y otra que tiene la misma longitud, jajaja) en el buscador de google, para ver si encuentro "algo". Y, como dicen por ahí, el que busca, siempre encuentra... jajajá.
Buen tema! Da para muuuuchoooo.
:)
Saludos,
Kike.
Jajaja, puse vello con "B" de burro y no con "v" de va... gina?, jajaja... qué cosas, no?
ResponderEliminar:)
ME ENCANTÓ!!!!!!
ResponderEliminarA mi también me ENCANTA el sexo, me encanta hablar del tema, compartir experiencias, leer sobre sexo y sexualidad.... es un tema facsinante, desde todos los puntos de vista y de análisis. Y me encanta que cada vez más esté sobre la mesa para poder hablar del tema. Hay muchos tapujos y problemas que se solucionarían si se hablara más de él.
Felicitaciones por expresarlo de manera tan real, honesta y humana :)
Marwa.
Me uno a los comentarios , también me encantó tu escrito.
ResponderEliminarMe puse a pensar en como las personas nos vamos hundiendo en el prejuicio y el morbo , olvidándonos que el SEXO es una maravillosa parte de nuestra vida.
Hoy a mis treinta años (aunque parezco de 23, jajajaj) mi perspectiva sobre el sexo es absolutamente distinta que hace un par de años atrás...
Es un tema sobre el que me gusta conversar y por supuesto aprender...
Ojalá podamos seguir conversando abiertamente, para que no sólo sea tema sino que pase a ser parte de nuestra vida ... pero de la real.
Un abrazo
Viviana