Esta es la foto que más me emociona de todas,
no sé si es porque es colocolina o qué,
pero tiene una magia impresionante.
no sé si es porque es colocolina o qué,
pero tiene una magia impresionante.
A veces me cuestiono lo mucho que corro y corro por la vida, con tanta cosa que hacer sin realmente tener el tiempo para las cosas que quiero. Mis amigos, mi familia, mi hijo, descansar. En un momento de estrés estas cosas se me hacen mucho más evidentes, y este es un momento de esos.
Esta semana me tocó muy profundamente la muerte de Rafaela, la pequeña hija de la figura de televisión Marisela Santibáñez, quien a los cortísimos 07 años fue víctima de una leucemia que le cortó la vida. Al saberlo, un escalofrío inmenso me recorrió toda la espalda y se me vino a la cabeza mi pequeño enano próximo a cumplir recién los 3 años. Es que yo sencillamente, me imaginaba en el suelo sin que nadie jamás me pudiera levantar porque sin el nada tendría mayor sentido, es lo único que pensaba y pensaba todo el día, con un nudo en la garganta, las lagrimas que aun me brotan de los ojos de manera casi instantánea cuando veo la noticia en alguna parte o muestran las fotos son algunos de los signos más recurrentes desde que me enteré.
Y es que muchas veces escuchamos que tal niño o niña son muy apegados a la madre o ‘mamones’, pero yo creo que muchas mamás y con esas muchas me incluyo, sufrimos de una ‘hijitis crónica’. Puede que se deba a diferentes cosas, en mi caso el nacimiento de mi hijo tuvo un par de complicaciones, que hicieron que valorara muchísimo más el que él esté conmigo cada día, como un milagro de la vida...
Y se debe a que esas pequeñas personitas cambian tu vida, se hacen parte fundamental y te llenan cada parte de ella, con su alegría, con su inexperiencia, con la fragilidad de que si tu no los ayudas a vivir día a día perfectamente podrían llegar a morir, cuando son pequeños o, cuando ya más grandes, carecer de afectos irreparables para su vida.
Al final de cuentas, al ver esta desgarradora noticia, que toco fondo en mi corazón, que son de esas que nunca más se te olvidan, doy gracias a la vida, por haberme dado la fortuna y la bendición de haberme hecho madre de un ser tan perfectamente para mí como mi hijo y de tenerlo cada día de mi vida a mi lado. Y sentir, por otro, de alguna u otra forma el inmenso dolor que debe estar sintiendo Marisela, que quizás nunca lea esto, pero si alguna vez lo lee que sepa, que una mamá sufrió con ella paso a paso el terrible dolor de perder a su pequeña Rafaela, y que siempre en sus oraciones y pensamientos estará dándole fuerzas, porque este dolor yo sé que nunca quizás pasé. Fuerza a Marisela, fuerza a todas las madres que han perdido un hijo. De todo corazón. De mujer a mujer. De mamá a mamá.
No tengo hijos aun, pero no mepuedo imaginar lo que se debe sentir perder a uno si ya con el hecho de pensar en perder a alguna de mis cosas peludas que tengo en mi casa y dicen guauf se me aprieta el corazón, se que el amor incondicional es aquel que le tienes a tus hijos, le doy mucha fuerza también a Marisela y a todas las mamis que tienen que pasar por el duro duelo de enterrar a sus hijos cuando lo natural de la vida es que uno entierre a sus padres, nadie nos prepara para lo no natural.
ResponderEliminarMuy linda entrada Nat
Como madre, te entiendo en tu sentir y lo comparto 100%. La muerte de un hijo es algo inconcebible. Uno puede aceptar y procesar la muerte de sus ancestros, sus mayores, pero un hijo... es como que va en contra de la ley natural de la vida, ¿no?
ResponderEliminarJustamente hoy comenté en mi blog el caso de una figura televisiva muy popular en la Argentina, Maru Botana, quien perdió un bebé de meses por muerte súbita. Y esto que parece un dolor imposible de superar logró transformarlo, con apoyo terapéutico y espiritual, en crecimiento personal, valoración de lo que verdaderamente vale en la vida y sostén para padres que pierden a sus hijos físicamente, pero los conservan como hijos por siempre. Un verdadero ejemplo.
Me hermano contigo en el estupor y el dolor, y en la esencia pura del ser madre hasta la médula de hijos "mamones", como tu bien dices.
Muy buena y sentida tu reflexión.
Te saludo y acompaño en el dolor a todos Uds.,
Fernanda "A boca de Jarro"
Pobre Marisela, es parte de la gama de sufrimientos que la vida trae consigo. Espero que a nadie le pasen cosas tan terribles, ojalá que no, pero si llegan a pasar hay que asumirlo y recordar que la vida de las personas que se van dure 1 minuto o 100 años fue hermosa como fue.
ResponderEliminarBendiciones
Natmom,
ResponderEliminarBellísima entrada, acá en la distancia seguí día día la noticia del empeorado estado de salud de Rafaelita y su triste desenlace. Es un escalofrío, un no querer creer que esa es la realidad, que como madre, no importa cuanto amor des, puedes perder a quien más quieres. No obstante, por medio de tus bien escogidas palabras y el ejemplo que me han dado otras madres, la mía incluida, pienso y siento que esta terrible realidad no es impedimento para seguir queiriendo, dando todo el amor a un ser que te necesita ( y que tu necesitas). Como dice Simón, la vida que uno comparte y recuerda con una persona, en especial tu hij@, va a ser hermosa, aunque sea por un tiempo breve.
Solo diré que me morí de pena con este suceso... horror de tristeza!!!
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