Bueno, como les iba diciendo en la primera parte, estaba ahí en el jacuzzi esperando que mágicamente alguien tirara una bomba de humo y yo pudiese salir piola a ponerme mi bata.  Y yo pensaba, a ver, qué argumento me doy a mi misma para que me de la menos plancha posible salir mostrando todo el poto y quien sabe qué más. Me di cuenta que en realidad dicho argumento no existía, que había que asumir la plancha no  más y preferí en concentrarme en que la cara se me viera lo menos posible ya que me ardía de vergüenza. Salí lentamente, estrujé mi pelo tomé lentamente mi bata e hice como que iba a ducharme, pero en realidad pasé de largo por ese sector y me fui a sentar en una banca enfrente de la recepción, con mi mejor cara de "que bien lo pasé viendo penes y mostrando el poto en el jacuzzi". Por suerte me encontré sola hasta que salió mi amiga, toda relajada con cara de Dalai Lama y yo sonriéndole de oreja a oreja le susurré "todo es en pelota, todo es en pelota, es mixto, hombres y mujeres, todos y todo en pelota". A mi amiga los ojos se le pusieron como platos y se puso a reir como media nerviosa ( "¿¿¿Qué?????" me susurraba de vuelta), pero detrás de ella venía el caballero de los masajes, y me invitaba a pasar a mi a la otra sección. Sin darme cuenta me encontré de repente en una habitación bien bonita, como que se me olvidó por un momento la experiencia anterior. Había un olor exquisito y la música no era la típica New Age, más bien de Beatles y Los Rolling Stone.....heaven.

El caballero era experto, de verdad me hizo sentir muy relajada. El cuello lo tenía hecho piedra por la tensión reciente y él hábilmente me fue soltando todo el nerviosismo. Yo pensaba que ojalá esta sensación tan rica le durara a mi amiga mientras exponía sus "elementos" frente a los demás concurrentes del spa.

El masaje terminó y mi amiga me esperaba en la misma banquita. Como parte del pack una se podía tomar un té frente a la recepción, así que pasamos a sentarnos ahí con nuestras batas. Mientras el mismo caballero que me "invitó" a sacarme el bikini nos preparaba el té, sentí que eramos dos mujeres a las que acaban de subirle la polera ( sin sostén) en el metro pero que como premio de consuelo nos dieron una pase para un masaje....gracias??? Fue raro, el masaje objetivamente fue espectacular pero no creo que valga la pena sentirse tan incómoda, aunque sea por unos minutos  frente al desagradable efecto sorpresa de no poder decidir si empelotarse o no en público sino que simplemente tener que hacerlo.

Sí me alegro de haber tenido esta experiencia, es de esas historias con las cuales puedes lucirte cuando te invitan a tomar once en la casa de la familia de tus amigos o en una reunión de curso. No obstante, me acabo de inscribir en un gym con saunas separados, y creo que usaré esos mejor la próxima vez que me de por tener un finde de spa....

Sobre el masaje...aunque exquisito, conozco otras actividades que también se realizan sin ropa y que te hacen sentir muy relajada, en paz y armonía con ti misma.