Leí un artículo súper entretenido sobre "rostros" ultra reconocidos cuya fama no obstante pasó desapercibida por los mismos dueños de aquellos rasgos faciales. Del artículo, que lo pueden leer directamente (en inglés) acá, quisiera rescatar la mención de dos mujeres que dieron vuelta al mundo e inspiraron a varias generaciones.
La primera, cuya cara adorna parte de este mismísimo blog, partió como un afiche inspiracional para las millones de mujeres que durante la segunda guerra mundial se fueron a trabajar a las fábricas mientras sus maridos permanecían en el campo de batalla. Con los años este afiche se convirtió en uno de los símbolos feministas sobre la igualdad laboral más mundialmente conocidos en occidente:
Basado en hechos reales |
Lo que pocos saben es que el afiche está inspirado en una mujer de verdad, quien en 1942 y a sus cortos 17 años se fue a trabajar a una fábrica . Su nombre era Geraldine Doyle.
Recién salida del colegio, Geraldine se ofreció como voluntaria en una fábrica de metales. Duró tan sólo dos semanas en el puesto ya que, percatándose de las pésimas condiciones de seguridad, Geraldine empezó a temer que algún accidente manual llegase a potencilamente truncar su sueño de convertirse en una célebre cellista (chelista). Así y todo, durante ese breve período un fotógrafo capturó a Geraldine trabajando y sin que ella se diese cuenta de este hecho, el rostro de Geraldine pasó a ser la inspiración del afamado afiche.
La verdadera Geraldine Doyle, absorta en sus labores y sin la más mínima idea que era observada por un fotógrafo pillo |
Recién en 1984, mientras ojeaba una revista, Geraldine leyó un artículo que explicaba el origen del afamado afiche. Cuál fue su asombro al percatarse de que se le mencionaba como el nombre tras la chica que aparecía en la fotografía original. El artículo seguía explicando que el artista mantuvo el delicado rostro de la chica, en especial su icónica bandana, pero que optó por otorgarle a la trabajadora de un cuerpo un tanto más robusto que hiciera juego con el mensaje de coraje y fuerza que se pretendía transmitir.
Geraldine, que para aquel entonces tenía 59 años, inmediatamente se contactó con la revista y admitió sentirse orgullosa de reconocerse como la inspiración tras una de las imágenes más importantes en la historia del feminismo, aunque si un poco arrepentida de no haber podido disfrutar de ese orgullo un poco antes.
¿Qué les parece?
ATENTOS A LA SEGUNDA PARTE!!!
Me encantó!!! Primero que todo, ese es uno de mis afiches favoritos, me encanta!
ResponderEliminarLo importante es que por lo menos pudo en vida saber que fue inspiración para tremendo ícono.
Esperaré ansiosa la segunda parte... y hojearé el artículo ;)
Que bien, quien diría que esta mujer no sabia que era el rostro de esta tan famoso cartel, xD excelente post
ResponderEliminarEl personaje ficticio que ilustra la caricatura de esta mujer de carne y hueso es mundialmente conocido como "Rosie the Riveter." Alentaba a las mujeres estadounidenses a tomar el lugar que sus hombres habían dejado vacantes en el mundo del trabajo durante la segunda guerra. Hay todavía hoy un gran merchandising alrededor de este personaje. No me extraña que las feministas lo hayan tomado para su causa años después. Pero ella trabajaba como remachadora en los astilleros navales durante la guerra, como hacían miles de mujeres anónimas que eran alentadas por su caricatura, que invita a arremangarse y trabajar ante la escasez de hombres en su tierra.
ResponderEliminarSí, sin dudas una gran injusticia cometida con Geraldine. Y esto le ha pasado a otros grandes más famosos y geniales, que murieron sin gozar ni enterarse siquiera de su merecida gloria y genialidad,y muchos en la pobreza y el destierro. Los ejemplos abundan: podría empezar por nombrar a Don José de San Martín, aunque él sabía que era un grande, pero no se le reconoció en vida su grandeza,sobre todo en mi país, y hasta hoy muchos de mis compatriotas lo cuestionan; otro ejemplo es el maravilloso poeta romántico inglés Percy Shelley,que murió jóven y ahogado en un lago de Italia sin saber de su inmortalidad poética; y por supuesto, el genial Vincent Van Gogh, que sufrió el aislamiento, la locura y la miseria, sin jamás sospechar a cuánto cotizarían sus pinturas años después...Y me pregunto si Stieg Larsson intuiría su fama y éxito editorial post-mortem.
Espero ansiosa la segunda rueda de estos rostros y las historias de vida detrás de ellos. Me encantan las historias de vida. ¡Gracias por esta, que es además un emblema de este blog!
Fernanda "A boca de jarro".
Gracias a todas por sus comentarios! Y perdonen que me demore tanto en contastarles ...Me parece rescatable lo que dice María Fernanda Paz sobre Van Gogh, quien en vida poco y nada lo valoraron.
ResponderEliminarEs súper común que miremos en menos lo que nos es cotidiano y adulemos y endiosemos lo que nos es inaccesible.
La segunda parte se viene más mejol