Somos la generación que nació en la era de las comunicaciones, estamos acostumbrados, y ya nos es algo natural, estar conectados, expuestos y accesibles al mundo en cada momento.
Teléfono de casa, celular, correo electrónico, chat, redes sociales, entre otras cosas. Tenemos distintos puertos de acceso para iniciar o recibir información, incluso sin haber mencionado medios masivos de comunicación.
Muchas veces llego al hogar y corro a ver si tengo algún mail o notificaciones en cada plataforma, lo mismo sucede cada mañana. ¿Soy la única que hace esto? Lo dudo, y eso que aún no ando tan conectada como otros, a través de teléfonos inteligentes que les permiten dejar registro de cada paso que dan.
A veces me pregunto… ¿cómo podían estar los demás sin estas conexiones? ¿Cómo se divertía la gente hace 50 años? ¿Estaremos todos mal, conectados a una “matrix” que no nos deja pensar o reflexionar lo suficiente, o ver la verdadera vida?
Luego recuerdo el papel que hizo Drew Barrymore en He's just not that into you, cuando buscando pareja se volvía loca con tantos puertos en los que chequear información o mensajes y hacía mención a esos días en que sólo por el teléfono y la grabadora sabía si alguien quería contactarla o no. Personalmente no puedo hacer memoria y extrañar del mismo modo esos días, sobretodo porque viví el proceso de “menos a más” puntos de acceso, partiendo por el teléfono hasta lo que hoy tenemos. Podría decir que crecí paralelamente al crecimiento de los medios de comunicación y redes sociales. Cuando era pequeña hablaba por teléfono, aunque fuera poco, lo hacía; luego en la pubertad me hice un mail, tuve celular, internet, y así deje de estar incomunicada con el mundo. ¿No vivieron ustedes un proceso similar?
Y bien, no quiero discutir sobre lo legítimo que es utilizar estos medios, si no que cuestionar la necesidad de involucrarse con cada plataforma, y lo hago por la última red social que creó google. En un principio lo encontré novedoso y me dije “en algún momento me haré parte” y luego lo hice. Pero algo amargo vino con eso, creo que me creé la necesidad de tener otro puerto más de acceso, uno que no necesitaba, uno que adquirí sólo porque sí. Ahora creo que lo cerraré, sólo porque no me hace feliz estar en todas partes, el repartirse en mil puertos, aunque sea a través de sólo un computador, es muy agotador ¿No lo creen?
efectivamente, somos una generación en conexión, no le veo lo malo mientras hagas un buen uso de ellas, por lo que siempre hay que tener presente y conciencia de cuando la red este dominando tu vida y no al revés el hecho que tus las domines y administres, me gusto tu entrada me sentí identificada
ResponderEliminarEstamos 100% de acuerdo, aunque yo sí pertenezco a una generación que no creció con control remoto y computadora, así que opino desde otro lugar. Veo mucha riqueza y potencial en las nuevas tecnologías, sin ir más lejos, blogueo como loca, y a veces temo justamente "volverme loca" con tanta conectividad, que irremediablemente me des-conecta bastante de la realidad-no-virtual, aunque me informa. Creo como LMM que el secreto está en el cómo, cuánto y para qué. Y en la sabiduría de la mesura, que no parece ser fácil, porque hay algo de adictivo en todo esto... Hace poco leí un buen artículo sobre el tecnoestrés y las tecnoadicciones. Y en la misma publicación, otro artículo acerca de los milagros que la tecnología puesta al servicio del mejoramiento de la calidad de vida, como dispositivos para hacer que los sordos escuchen,software y computadoras para que los paraplégicos se comuniquen y movilicen, y la Wii para los enfermos de padecimientos degenerativos como el Parkinson ejerciten y lentifiquen los avances de su mal, y así todos tengan una vida más plena.
ResponderEliminarEn términos generales, creo que hay más abusos que buenos usos, porque el estar en todas las redes indiscriminadamente es el mensaje que recibimos desde los que se benefician con las enormes ganancias que esto genera, que no piensan en nuestro bienestar. Elegir, discriminar, decir críticamente esto sí, esto no, hasta aquí llego, es la clave, como siempre: seguir tu juicio y criterio propios, usar el sentido común, y priorizar tu bienestar.
Buena reflexión, Papio!!!
Saludos de Fer.