El jueves 4, al regresar de mi jornada de trabajo docente, me enteré de la protesta estudiantil en Chile. No me llama la atención. Aquí los diarios nos informan que los alumnos secundarios y universitarios mantienen desde hace más de dos meses una movilización que incluye tomas de escuelas, paros, huelgas de hambre y marchas en demanda de cambios profundos al desigual sistema de enseñanza del país, calificado como el más caro del mundo según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). También me entero de que el lema de los estudiantes que se movilizaron, algunos de sólo doce años de edad, es "Educación gratuita y de calidad". Suena más que legítimo. Me informo también de lo que dicen las autoridades gubernamentales al respecto. El Presidente Piñera dice "Todo tiene su límite", el Ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, agrega que "El tiempo de las marchas se acabó". Pero como observadora crítica, me parece que esto recién comienza, por más bombas lacrimógenas y camiones hidrantes que se utilicen para frenar lo irrefrenable: la voz de un pueblo expresando su legítima indignación y hartazgo no se acalla así. Y si esto se reprime, las consecuencias serán nefastas. Las voces deben ser escuchadas y encauzadas para evitar el caos y la violencia social, que no conducen a nada bueno: eso, chilenos y argentinos, lo sabemos por experiencia propia de años de violencia, represión y dictadura.
Estimo que la protesta se está manifestando como un síntoma de una enfermedad global que se hace visible con diferentes modalidades y derroteros en diversas partes del mundo: España, a través de los Indignados, los M15 (Mayo 15, 2011), un enorme y diverso grupo que incluye jóvenes, adultos ejecutivos de cuello blanco y hasta pensionados; en Grecia, donde los disturbios son virulentos y en donde lo que parece pesar es el factor económico, como sucedió aquí en Argentina a raíz del default, palabra hoy temida en Estados Unidos, y el "corralito" del 2001, por el cuál muchos de nosotros nos vimos estafados, privados de nuestros ahorros bancarios, de los que se adueñó el gobierno de turno que terminó volando por los aires en helicóptero... Y en Siria, otra protesta que terminó en masacre.
No soy especialista en política internacional ni activista política, pero soy adulta y protagonista de la realidad de un mundo complejo. Soy madre de dos niños en edad escolar, en una escuela a la que como madre y docente le encuentro muchas falencias, igual que los jóvenes que protestan aquí y allá. Y es indignante ver que no se hace nada de fondo para traer el cambio que todos necesitamos y pedimos como nos sale, porque lo hemos pedido muchas veces sin ser escuchados. Cuando uno se entera, como lo hago yo, simplemente por los diarios, de que se le asigna un 26% del presupuesto a la educación chilena, se entiende que haya protestas, aunque podría decirse que no es poco, si verdaderamente fuera a parar a las escuelas. Tanto gobernantes como gobernados sabemos que sin educación de calidad y accesible, muchos seres humanos se quedan afuera del sistema. Eduardo Punset, un pensador catalán a la vanguardia en diversos temas y especialista en el impacto de las nuevas tecnologías habla de los "analfabetos digitales", aquellos que no acceden a la tecnología digital por desconocimiento o falta de medios, tecnologías que tejen las redes de comunicación dentro de la aldea global. Pero en nuestras realidades de "países emergentes" o "países en crisis", el problema acuciante sigue siendo el analfabetismo y la miseria. Sin educación, hay pobreza, delincuencia y altas tazas de mortalidad, debido a la ignorancia y a la mala calidad de vida que la pobreza conlleva. Y eso es responsabilidad de unos pocos que son elegidos para cambiar los destinos de los pueblos, y luego parten y reparten para quedarse con la mejor parte, que no es la que beneficia a los pobres de siempre. Y tampoco es cuestión de estar a favor del gobierno de turno o en la oposición: aunque en estas protestas se infiltren los activistas interesados en generar caos y desorden social, se ve claramente hasta en las imágenes que nos llegan que aquí se trata de gente de toda clase, ideología y sector etario, hasta jóvenes que aún no votan...
Otro gran pensador que admiro profundamente como educadora es Sir Ken Robinson. Además de ser la persona que todos desearíamos tener como maestro alguna vez en la vida, por su inteligencia, su humildad y su gran sentido del humor y sentido común, el educador, escritor y conferenciante británico, experto en asuntos relacionados con la creatividad, la calidad de la enseñanza, la innovación y los recursos humanos, plantea, a través de ejemplos prácticos, lo obsoleta y anacrónica que resulta la educación hoy por hoy, en pleno siglo XXI. Se focaliza en el énfasis que le seguimos dando al academicismo, dentro del cual muchos alumnos fracasan por no sentirse motivados ni contemplados en sus habilidades artísticas o deportivas, por ejemplo. Cambiar esto no significaría un gran cambio de paradigma: sólo un ajuste a la diversidad que nos caracteriza hoy más que nunca como comunidad global. Y sin embargo, el cambio no sale, no llega, se resiste, se pide a cacerolazos, y se reprime en el intento de silenciarlo. ¿Por qué será?
La respuesta es ríspida, tiene varias aristas, es compleja, políticamente incorrecta y revela las peores miserias del alma humana. Es tal vez más fácil manejar masas humanas desinformadas o tragando la información que se elije darles, sin acceso al verdadero conocimiento, sin pensar demasiado por sí mismas... Esto lo denunciaron geniales escritores desde el género literario conocido como "distopía" (lo opuesto a "utopía"), tales como George Orwell en su novela "1984", de donde emana "Gran Hermano", el ojo que todo lo ve, todo lo controla y todo lo reprime. Y es eso lo que vemos en las pantallas de televisión en muchas parte del planeta. Lo delineó Aldous Huxley, en "Un mundo feliz", donde los personajes intentan escaparse del agobio que se les impone recurriendo al "soma", una droga que aparece en la novela ("Brave New World"), que todo el mundo toma cuando se encuentra deprimido. .
«Si por desgracia se abriera alguna rendija de tiempo en la sólida sustancia de sus distracciones, siempre queda el soma: medio gramo para una de asueto, un gramo para fin de semana, dos gramos para viaje al bello Oriente, tres para una oscura eternidad en la Luna».
"Un mundo feliz" Aldous Huxley.
Mundos ficticios que presagian realidades posibles y siempre latentes. Por eso hoy digo: ¡Y yo también protesto! Protesto ante el adormecimiento al que se nos pretende someter a fuerza de consumismo y banalidad pura, protesto ante la sordera de los que tienen en sus manos la posibilidad concreta de cambiar al mundo antes de que sea demasiado tarde, protesto en nombre de mis hijos que lo heredarán, de mis padres que padecen sus injustos males, de mis abuelos que lo pelearon, protesto en nombre mío y de mis compatriotas aturdidos por tanto discurso político, y en nombre de Ustedes, hermanos y hermanas de Chile, y de todos los habitantes del mundo que, con valentía y dignidad, expresan su indignación por
Un Mundo Mejor.
P.D. Si quieren escuchar una charla de casi media hora entre Eduardo Puncet y Ken Robinson, les paso dos links, ya que vale la pena:
http://www.redesparalaciencia.com/
REDES 87: EL SISTEMA EDUCATIVO ES ANACRÓNICO.
13 de marzo2011.http://blip.tv/file/4859551
Fernanda "A boca de jarro" desde Buenos Aires, Argentina.
Indignados españoles |
Otro gran pensador que admiro profundamente como educadora es Sir Ken Robinson. Además de ser la persona que todos desearíamos tener como maestro alguna vez en la vida, por su inteligencia, su humildad y su gran sentido del humor y sentido común, el educador, escritor y conferenciante británico, experto en asuntos relacionados con la creatividad, la calidad de la enseñanza, la innovación y los recursos humanos, plantea, a través de ejemplos prácticos, lo obsoleta y anacrónica que resulta la educación hoy por hoy, en pleno siglo XXI. Se focaliza en el énfasis que le seguimos dando al academicismo, dentro del cual muchos alumnos fracasan por no sentirse motivados ni contemplados en sus habilidades artísticas o deportivas, por ejemplo. Cambiar esto no significaría un gran cambio de paradigma: sólo un ajuste a la diversidad que nos caracteriza hoy más que nunca como comunidad global. Y sin embargo, el cambio no sale, no llega, se resiste, se pide a cacerolazos, y se reprime en el intento de silenciarlo. ¿Por qué será?
1984 |
«Si por desgracia se abriera alguna rendija de tiempo en la sólida sustancia de sus distracciones, siempre queda el soma: medio gramo para una de asueto, un gramo para fin de semana, dos gramos para viaje al bello Oriente, tres para una oscura eternidad en la Luna».
"Un mundo feliz" Aldous Huxley.
Mundos ficticios que presagian realidades posibles y siempre latentes. Por eso hoy digo: ¡Y yo también protesto! Protesto ante el adormecimiento al que se nos pretende someter a fuerza de consumismo y banalidad pura, protesto ante la sordera de los que tienen en sus manos la posibilidad concreta de cambiar al mundo antes de que sea demasiado tarde, protesto en nombre de mis hijos que lo heredarán, de mis padres que padecen sus injustos males, de mis abuelos que lo pelearon, protesto en nombre mío y de mis compatriotas aturdidos por tanto discurso político, y en nombre de Ustedes, hermanos y hermanas de Chile, y de todos los habitantes del mundo que, con valentía y dignidad, expresan su indignación por
Un Mundo Mejor.
P.D. Si quieren escuchar una charla de casi media hora entre Eduardo Puncet y Ken Robinson, les paso dos links, ya que vale la pena:
http://www.redesparalaciencia.com/
REDES 87: EL SISTEMA EDUCATIVO ES ANACRÓNICO.
13 de marzo2011.http://blip.tv/file/4859551
Fernanda "A boca de jarro" desde Buenos Aires, Argentina.
Que buena entrada, de verdad es una excelente reflexión y a parte muy educativa, que cierto todo lo que dices, la verdad el ser humano de por si tiene una resistencia al cambio que me imagino que ahora el gobierno esta en esa resistencia a un cambio en todo lo que respecta la educación y otros, a cambiar su forma de administrar los recursos, destinarlos y desarrollar planes de acción para mejoras en lo que se entrega como país para sus ciudadanos, realmente es indignante la plata que uno paga por tener educación, porque no todos tienen crédito y otros se endeudan hasta sin tener nada y luego deben el equivalente a una casa. Es terrible y además es cosa de ver las instalaciones para darse cuenta y preguntarse a donde es que va todo ese recurso, realmente es una burla, solamente espero que todo este esfuerzo de los estudiantes que ya prácticamente estan perdiendo un año donde se ven super afectados los que están próximos a titularse, tenga frutos, se haga un cambio, una mejora, calidad, sino va a ser demasiado triste todo esto. Por cierto muy buen libro "El mundo feliz" lo leí hace como 2 años. Lo recomiendo.
ResponderEliminarFue una gran reflexión leer tu entrada Fer, XD. Gracias por informarte de Chile
Nada que agradecer. Yo soy quien agradece la posibilidad de aprender e informarme a través de la motivación que me da el hecho de estar colaborando en un blog chileno. Fíjate que Mandy me comparte una riquísima entrevista en CNN Chile del 14 de junio pasado en la que Marcel Claude, educador y conferencista compatriota vuestro, dice que "Chile tiene los recursos para financiar 100% la educación", por tratarse del país de la región con el mayor ingreso per cápita, y además agrega que "... se permite el lujo de regalarle 25 mil millones de dólares anuales a las Multinacionales."
ResponderEliminarSi esto no nos hace pensar y protestar, es porque realmente estamos deseducados. Y se me vienen Orwell y Huxley a la mente, porque, si bien ellos se inspiraron en los regímenes totalitarios de los que fueron testigos en su tiempo, la gente hoy exige mundialmente "democracia real",no la ficción distópica que estos geniales escritores envisionaron y que lamenteblemente tiene varios puntos de contacto con nuestras realidades, diferentes, pero con carencias y desequilibrios. Y la llave para acceder a un sistema más justo e inclusivo es, lisa y llanamente, la educación. A un pueblo educado no se lo engaña, aprende a escuchar y a votar. Suena utópico, pero si no se invierte en educar a las generaciones que tomarán el mando en unos años, el cambio que hoy se pide no podrá concretarse. Ellos serán los futuros líderes, y sin estar educados, no podrán terminar con la exclusión, la pobreza y todos los males que estas pandemias conllevan. El link para escuchar a este experto chileno en el tema es:
http://youtu.be/r4mEwpk5rHI
¡Un saludo, y gracias por tu comentario!