En mi
vida he estado rodeada de muchas mujeres y de todas clases, quizás recién me di
cuenta de las tantas que me acompañan a diario. Madre, hermanas, amigas,
compañeras, conocidas, bloggeras. Tantas mujeres, tantas hermanas del alma.
Llama
mi atención lo que puede producirse cuando dos o más mujeres se unen en son de
la palabra. Es como si una fuerza superior las manipulara y las hiciera hacer y
decir cosas que no estaban en libreto, cosas que ni siquiera estaban en el pensamiento
hasta ese momento. Los temas de conversación son diversos, depende de la edad y
los intereses de cada grupo, de la edad y los caminos que ha tocado abordar. ¡MENTIRA!
El tema final es solamente uno: el Hombre y el “niño” que los acompaña. Tratar
de entender a un hombre es parte de las tareas obligatorias de muchas de nosotras
y esas instancias de “intercambio de opiniones” son fundamentales para darnos
cuenta que no estamos solas en este periplo, sino que somos muchas, o todas,
las que necesitamos de un oído comprensivo que nos escuche y apoye en esta,
larga y dura, vida.
El
“niño”… por Dios que se tejen mitos con respecto a tan preciado tesoro
femenino, pero tan imperfecto a la vez. Creo que esa imperfección en el uso
(siempre he creído que el problema es el uso y no el esperpento en sí) hace que
sea tema recurrente en nuestras cabezas. ¿Cómo hacer perfecto todo contacto con
el “niño”?, ¿cómo estar satisfechas con el “niño” que elegimos? Porque lo
elegimos, nada de “demencia temporal” como escusa. ¿Cómo vivir toda una vida
con un sólo “niño”?, ¿qué hacer cuando el niño se va? y ¿cómo encontrar uno
nuevo y funcional? Se me ocurren tantas preguntas y tan pocas respuestas
genéricas, ¡es como pensar en la forma del aire!
Mujeres
de mi vida, compañeras en este afán de perfeccionar el uso del “niño” para
nuestro bienestar físico y sicológico, las llamo a la unión en contra de esos
hombres que no saben cómo usar nuestro imperfecto tesoro. Las convoco a
conversar del tema, a contar todo lo que tienen dentro (o han tenido) para que
al final de tanta palabra quedemos con la sensación de que, por lo menos,
intentamos mejorar lo que más amamos. Obviamente no les aseguro un buen uso en
el futuro, pero sí que el espíritu quedará más tranquilo y nuestras almas
lograrán la comunión.
¡Ah! Se me olvidaba…
GRACIAS a todas esas mujeres que crearon en mi vida una malla anti “golpes en
el cemento”, hacen todo más liviano de llevar y cualquier caída menos dolorosa.
jejeje supongo que cuando dices niño te refieres a el niño que lleva adentro todo hombre, ese infantil, ese niño lindo ,, MUAJAJJAJJA
ResponderEliminarEs verdad no se porque pero de alguna u otra manera llegamos a hablar de ellos y como hacen funcionar su varita mágica o como le dices tu el niño bonito xD gran entrada xD
Exijo un aquelarre A-HO-RA ! con mis amigas de la vida . jajajajajaja
ResponderEliminarExcelente tema Rocío !
Gracias por compartir con nosotras tus pensamientos y sentimientos.
Un abrazo
VIvianaBobadillaR