Por  P0ps


Sorry! pero es que alguien tenía que decirlo.

En general, y muy apesar de mis múltiples reacciones alergicas primaverales, Septiembre es un mes que me encanta. Me encanta el olorcito a flores que me hace estornudar, me encanta comenzar a sentir más calor, a pesar de ni siquiera saber cómo vestirme con tanto cambio en el tiempo; me encanta que se oscurezca más tarde, a pesar de que me cuesta mucho levantarme en las mañanas (nah! pero eso da lo mismo, total, soy somnolienta por defecto) y esto de las Fiestas Patrias, la cueca y la comida chilena, me encanta a más no poder. Me doy licencia para todo. Septiembre, es genial.

Sin embargo, éste Septiembre, el del 2011, ha sido muy triste. Partimos con el avión desaparecido, con la esperanza de vida de #los21, con el desasón de la presunta muerte de éstos y la confirmación de la desintegración del avión. Fue tanto el tiempo, que da la impresión que la sensación de duelo, nunca pasará. Y en realidad, no sé si alguna vez pasa. Menos cuando uno pierde a un ser que tanto amó. 

La separación, es una de las cosas más terribles que puede sentir y vivir una persona. El ya no estar con alguién, llegar a la casa, sentir el vacio, ver sus cosas, tal cual las dejó, tener incluso la sensación de que alguna vez va aparecer por la puerta, y que te va a sorprender, es algo que creo que todos hemos sentido en algún momento de nuestra vida. Cuesta mucho dejar ir, cuesta mucho dejar partir, y esa frase típica "Que descanse en paz", debería ser más una frase dedicada a la familia, que al mismo difunto. Porque, "pucha" que cuesta encontrar paz después de la separación.  Y se hace super dificil, porque cuando uno está en paz, y en paz con ese corazón que ya partió, se comienza la etapa de teorización del duelo. Y uno empieza a dar cátedra del dolor, como si en verdad, fuera tan fácil de entender. Cuando uno tiene pena, no hay razón que haga mitigar el dolor que se siente en ese minuto. A veces es mejor, abrazar, no decir nada, estar ahi y confirmar tu apoyo, en el cariño diario, en la preocupación, pero sobretodo en la escucha. Porque eso si es verdad, hay dos opciones después de un duelo, o uno se va en vola' y se queda callado, o le da por hablar. Entonces hay que tener paciencia, y entender, que para el otro, esto no es fácil.

Este fin de semana, murió el papá de una de mis mejores amigas, y junto con ésto de #los21, que ya me tenían bastante consternada, creo que ha sido lo peor de este Septiembre. Me la he llorado toda. Sobretodo, porque en éstas circunstancias, me da por la empatia, me entiende, y no paro de pensar: "y si hubiese sido mi papá?" .

Lo bueno de esto del dolor, es que me ha llevado a valorar, más aun lo que tengo, a estar más pendiente, a vivir la vida más intensamente, a disfrutar de los pequeños y maravillosos momentos, a no perder el tiempo en tonteras, que no valen la pena, a sonreír más, a sentir más, a no perder el tiempo, porque nunca sabremos cuando será nuestro viaje, nunca sabremos cuando nos tocará nuevamente despedirnos de quienes amamos. 

Espero de todo corazón, que tanto la familia de #los21 y la de amiga, puedan encontrar la paz, puedan descansar y seguir con sus vidas. La vida no termina, y para los que tenemos fe, la vida se transforma, cuesta entenderlo, cuesta asumirlo, pero con el tiempo, a uno le ayuda a cerrar las heridas de la separación física. Hoy se lo dije a mi amiga, cuando no tengas paz, entonces estaré yo, para estar contigo.