Siempre
quiero saberlo todo, con lujo. Me preocupan las minucias, como el por qué de la
mancha en el mantel o cuán tarde era cuando se fueron a casa, y no es porque
tenga una planificación programada para hacer uso de tales detalles –sería imposible
por mi mala memoria– solamente me gusta imaginar la escena completa, con olores
y colores, hasta con sensaciones, para finalmente emitir mi opinión (siempre
tengo una opinión). En fin, soy una obsesa de la información y cada día me
cuesta más vivir con ello.
Hace
un par de años ese mal me pasó la cuenta, sufrí de más solamente por preguntar eso
que no hacía falta, exigí información que no podía manejar y pagué por ello. Se
preguntarán qué tipo de información podría hacer eso con una persona, pues la
información que no te corresponde saber, la información que no enseña, la
información que solo destruye… esa maldita información que podrías haber
evitado por pudor, por respeto al otro, por respeto propio. ¡Maldita la hora en
que pregunté!, me dije tantas veces. Maldita la oportunidad en que exprimí a
esa persona hasta sacarle la última gota, porque ahora ya no hay vuelta atrás.
Lo
peor de todo es que mi mente sigue trabajando de esa manera a pesar de saber
que es inconducente, sigue queriendo saberlo todo a pesar de reconocer cuando
“se viene fea la cosa” y sufre tras la pared que puse últimamente. Hoy trato de
preguntar menos y enfocarme en lo que me quieren comunicar, trato de vivir con
menos en mi cabeza y, por ende, analizar lo urgente para pasar a lo importante
lo antes posible. La información es como un enjambre de abejas, no te deja ver
con claridad las cosas, molesta y te mantiene ocupado, finalmente te hace la
tarea muy difícil cuando quieres llegar al fondo.
Entendí
que la ignorancia es una bendición, entendí que mientras menos sepas más materia
importante puedes resolver y de mejor manera. Porque no todo es importante (me
costó entenderlo, ¿a ustedes no?). Ahora, solamente espero ser capaz de
aplicarlo, por el bien de la gente que vive en mi cabeza y de las personas que
me acompañan afuera.
Creo que uno de los problemas del exceso de información es que nunca será TODA la información, ya sea porque algo se quedó en el tintero, porque un detalle lateral que no era parte de la historia sí jugó un papel en entender la situación, porque la mente del interlocutor tiene una ponderación distinta de los hechos al comunicarlos, o simplemente porque al oír uno también filtra algunos detalles. Finalmente, la historia que uno puede armar en su cabeza siempre será una representación artística de los hechos y eso nos conducirá a la fantasía. A la fantasía de ensueño y a la fantasía de pesadilla. En mi opinión de anónimo, la solución alternativa a la necesidad de información se llama confianza, pero si no nace naturalmente no hay dónde comprarla y la construcción de paredes de aire por cierto ayuda a decantar lo vivido y a aceptar lo no vivido.
ResponderEliminarEntradas y salidas son el mismo espacio pero en distintos momentos.
Buena entrada
la verdad es que yo tambien lo creo, ignorar es lo mas facil, no tener que preguntarse y menos que responderse... seria todo tan facil, pero a la vez tan animal que no se si valdria la pena.
ResponderEliminarbesitos!
muy bueno,de verdad la ignorancia es ........
ResponderEliminary la informacion es poder,normalmente de destruccion que es lo que nos hacemos a nosotras mismas
un post genial : )
Bueno, que profundo amiga, la verdad creo que me siento identificada, lo mejor es no saber, pues el que sabe siempre más más sabe que le falta mucho por saber y quiere más es horrible, soy muy copuchenta me quede sumamente metida, pero te respeto aunque quiero saberlo todo con lujos de detalle , que agonía jajajjaja buen post como siempre
ResponderEliminarSí, lo había escuchado, y creo que es muy cierto, creo que es un dicho en inglés, "Ignorance is bliss". El saber científico, es decir, el académico,lo que se aprende de los libros, bah, creo que te hace sufrir más que lo que sufre quien no lo tiene; primero, porque sabés qué puede pasar y cómo y por qué, y segundo, porque te da la clara pauta de todo lo mucho, lo inabarcable que te falta por saber...
ResponderEliminarCreo que el único conocimiento que nos puede proporcionar felicidad es el conocernos a nosotros mismos: "Conócete a tí mismo", como dijo Sócrates, me parece un buen tipo de conocimiento, conocerse en las luces y en las sombras, como vos demostrás conocerte a vos misma.
Buena reflexión,como ya nos tenés acostumbrados, Rocío!
Saludos!
toda la razón!!! a mi me costó aprenderlo y tb pagué feamente por saber más... creo que es algo que se aprender o a porrazos o con los años... No es necesario saber tanto, es más necesario confiar.
ResponderEliminarFinalmente, con información, de pronto errada, uno se arma las medias peliculas, da crédito a la fantasía y pone cosas donde no las hay y creo, por lo menos a mi me ha pasado así, que uno sufre más. Por lo mismo, e insisto, como soy una mujer que piensa y enrollada todo sin razón, que a veces es más sano no saber.
saludos
¡¡¡¡ME ENCANTÓ!!!! Me encanta cómo describiste tu sed por información. A mi me pasa lo mismo, que desastre.... siempre quiero saber todo, lo que por ejemplo, me frustra al querer comerme algo rico, o tomarme un vaso de agua de la llave. Pienso siempre en los ingredientes y en los químicos, ¡que atroz! al final no lo paso bien y entonces conscientemente debo esforzarme por decir: ¡FILO! jajajaj.
ResponderEliminarMe encantó, besos!