Los sucesos en Chile han sido duros, ver morir
repentinamente a personas con cualidades tan opuestas a la falta de vida ha
sido perturbador. Juventud, energía, calidez, carisma, solidaridad, son algunos
de los valores que hemos descubierto en estos seres humanos. Y permitirse
sentir dolor con estas pérdidas colectivas te lleva directo a un camino de reflexión, un camino
bastante profundo, a ratos triste, a ratos nostálgico, a ratos oscuro y a otros
clarísimo, con mucha luz.
Después de tanto pensamiento no he llegado a muchas conclusiones, no he dejado de hacer lo que hago mal, no he hecho cosas buenas por nadie ni por ninguna causa, sigo sentada mirando mi laptop, pensando en el por qué de muchas cosas y en cómo seguir sin esas respuestas… la verdad, es que creo que estaré sentada mucho tiempo más aquí, pensando en la vida mientras decido como vivirla, mientras descubro lo que necesito sentir y hacer antes de morir. Sin embargo tuve una luz, algo me queda claro, quiero vivir. Debe ser obvio para muchas personas, el querer vivir es algo animal, inherente al ser humano y sin mucho análisis de por medio, pero para mí no. El querer vivir es una decisión que se debe tomar en la vida misma, es la más importante de las elecciones que podemos tomar en una sociedad con libre albedrío como la que podemos disfrutar en estos años, es LA DECISIÓN DE LA VIDA. Mi concepción de la palabra vivir va mucho más allá de la reacción química de convertir aire en dióxido de carbono, no quiero gastar más tiempo pensando en cómo estar tranquila (mi versión de felicidad por estos tiempos), quiero estarlo de una vez por todas. No quiero que la vida pase por mis ojos sin remecerme, ni quiero llegar a ser vieja sin tener historias que contar a mis personas queridas, quiero dejar de existir y quiero vivir.
A diferencia de muchos, mis pensamientos no llegan a las
típicas frases después de la muerte: “no somos nada” o “que pequeños somos”,
sino todo lo contrario… creo que somos
todo, en su particularidad y en su globalidad, y de una grandeza que no
sabemos como manejar, creo que somos
de una inmensidad que nos queda grande… la muerte de 21 personas conmovió y
removió a más de 17 millones de almas perdidas en la cotidianidad, somos mucho
más que nada.
La vida es lo que pasa mientras haces otros
planes, dijo John
Lennon. Para mí la
vida es todo lo que puedes llegar a sentir y para eso debes querer hacerlo.
PD: En esta catarsis termina mi pena, me aburre
sobremanera el sufrimiento.
Estupenda entrada, realmente es algo que nos debe pasar a todos, sobre todo cuando a veces estoy hasta altas horas de la noche frente al neetbook, ok es mas chico y que, pero en fin, frende a mi neetbook rosa y me pregunto que chucha estoy haciendo, no se como se me pasaron los años que creí nunca llegarían, no se como, pero tienes razón, somos todo, queremos vivir, y creo que es algo que ha surgido últimamente con todo lo ocurrido, si algo me dejo Felipe es el ejemplo de lo que es vivir, estoy segura de que hizo y vivió más que mucha gente a su edad, era un tipo pleno y es así como quiero ser yo. Plena, gozando mi vida, viviendola, siendo el protagonista, porque el protagonista lo es todo y puede hacer lo que quiera. ANIMO Rocio, publique esto hoy porque tb quiero dar el paso para poder alejarme kilómetros de esta pena que inunda los corazones de los chilenos.
ResponderEliminarMe encanta tu entrada.
ResponderEliminarYo soy una persona muy alegre y a pesar de los grandes baches que te da la vida, siempre voy con una sonrisa por delante, así soy feliz.
Felicidades por tu reflexión.
Anea
Estoy super de acuerdo, somos un todo. Y la vida se va en un parpadeo, pues bien, yo también quiero vivir, aunque Chile este lleno de formas de quitarte esa fuerza vital, porque por el solo hecho de intentarlo ya debes dar 10 horas diarias para poder vivir bien las otras 14. Es así, resignación :(
ResponderEliminarEsta entrada es una catarsis individual en medio de la conmoción, ojalá haya muchos ejemplos más de esto en estos momentos.
ResponderEliminarCuando se vive la vida se vive la propia vida. Uno puede llevar su vida a ámbitos nuevos y acumular experiencias. Pienso de todas formas que hemos de evitar el intento de vivir una vida ajena que parece interesante desde fuera. La moral personal, la integridad (también personal), la consecuencia y los vínculos (humanos, geográficos, religiosos, etc.) sólo debiesen cambiar cuando haya un convencimiento interno de que se ha mutado lo suficiente y ya te queda mal la ropa.
Que bella entrada y qué lindos comentarios! No me queda mucho que agregar, otros han dicho mejor lo que he pensado. Después de leer las reacciones frente a tu entrada se me refuerzan más mis ganas y voluntad de seguir adelante con mis planes. Es cierto lo que dice anónimo, hay que vivir la vida propia, es super fácil ser testigos de nuestras vidas y no protaginistas como dice LMM.
ResponderEliminarExcelente entrada!!!
Excelente reflexión!!! Es bueno ver lo positivo que genera el sufrimiento y el dolor, que no son mala palabra, sino parte de la vida de todos. Sirven, por ejemplo, para decidir VIVIR, así con mayúsculas, como tú te lo propones día a día, que no necesariamente implica ser mejores cada día, sino aceptar la vida tal como es y aceptarnos a nosotros mismos, y aprender a disfrutarla y a disfrutarnos a nosotros mismos.
ResponderEliminarSaludos!!!