Amanecí
con ánimo, a pesar de ser lunes (esto lo escribí el lunes) y haber dormido muy
poco, pero pasó algo que me descompuso el estomago a primeras horas de la
mañana. ¿Qué hace una mujer ante este comentario de un hombre: “no tiene nada
que hablar ella, es turbia”? A ver… detengámonos en el contexto.
Conversaba
con un muy buen amigo sobre una de esas reuniones familiares que tenemos todos
y sobre las bromas que se hacen en medio de la comida y bebida (bromas que
tienen mucho de “sangre en el ojo”, obvio). Una mujer: la Turbia, le lanzó un
comentario (kamikaze, sin saberlo) haciendo alusión a que tenía dos suegras, o
sea, otra mujer. Casi todos los hombres del mundo se asustan ante tamaño
comentario. Y no es porque efectivamente tengan otra mujer, sino porque tienen
incorporada la respuesta aprendida del miedo a tal apelación y cualquier cosa
que se le parezca suena a crucifixión… es como si hubiesen nacido con el gen de
la infidelidad incrustado y no logran hacer otra cosa que defenderse cuando los
apuntan.
Tengo
la sensación de que la Turbia fue hasta inocente en su comentario, pero algo se
movió dentro de mi amigo y tuvo que bajarla de escalón y pararse sobre de ella
pensando: “no tiene nada que hablar ella, es turbia”… afortunadamente no fue en
voz alta. Claro, mi amigo vio a esta mujer en algunas actitudes de dudosa reputación en el pasado, actitudes súper normales para mi nivel moral.
¡Qué le
pasa a este hombre! Dijo la people en mi cabeza. ¿Acaso una mujer que se comportó libertinamente en el
pasado no puede emitir opinión (y no era juicio, como todos lo hacemos
diariamente) de el resto? ¿Acaso una desfachatez de juventud te puede quitar
credibilidad para siempre? ¿Acaso debemos tener un comportamiento intachable
para bromear?
Creo
injusto que un ser humano devalúe la opinión de una mujer solamente porque en
algún momento de su vida beso a más de un hombre en una noche, o porque se
confundió y cayó en la cama equivocada. En fin… todos tenemos un momento de
debilidad en nuestras vidas, ¿para qué confundirlo con principios?
Espero con todas mis fuerzas que no sea necesario tener un comportamiento intachable para bromear, pues si es así, estaría todo lo que es cagado...
ResponderEliminarPor otra parte, hay personas que son muy picotas, y si le dicen la tabla del 5, ellos "como defensa", gritan la del 10, muchas veces sin tener puta idea de cómo es la tabla del 6, 7, 8 y 9... Es fácil responder una pachotada por debajo,lo que no es tan fácil para muchos es hacerse cargo de sus propias palabras...
Saludos!!!
Oye, a todo esto, que buena tu foto...
ResponderEliminarOh verdad, la foto es tuya... ya me extrañaba que encontraras material visual tan bueno en google images.
ResponderEliminarComo me alegro que escribas tan buen post en este viernes chico.... viendo series gringas ambientadas en los 60's me doy cuenta que todavía quedan residuos de ese machismo del bien feote de aquellos tiempos.
Tanto hombre que busca aventura y la buena cachamba con mujeres, pero al final del día, por más amantes que tenga, siempre terminará volviendo a la calladita, la que le hace la casa y la familia.....
Aunque como sugiere Enrique, que no se si se refiere a hombres y mujeres por igual, en general siempre va a existir esa clase de gente que son intrínsecamente picotas, que hallarán lo que sea por aplastar al otro en vez de asumir digna derrota o, como en casos de confusión, no dejar duda alguna de quien resulta ser superior ante todo.
(Perdón si ofendí a hombres sinceros y buenmozos, pero todavía me queda un poco de sangre en el ojo de aquella época ya pasada)
UUUUY, que picado el muchacho, todo porque le metieron la mano en la herida, creo que no hay nada de malo que una persona opine y menos si tiene tejado de vidrio, no se porque la gente suele hacer eso, por ejemplo, un ex alcohólico no puede hacer juicio de otro? quien mejor que el para hablar de eso?, en fin, lo que si encuentro mal es el hecho de que se le de como caja a una persona, eso no me gusta que es lo que hacen en la farándula, que es más común en la vida real también, buena entrada como siempre
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