Por La P0ps, desde Chile
Cuando decidí ir a terapia, creo
haber tomado una de las decisiones más cuerdas de este último tiempo. Estaba deshecha,
sabía que cada paso que daba, dejaba en mi alguna herida, pero lo peor, fue
darme cuenta, que en ese entonces, cada decisión que tomaba afectaba
negativamente en los demás.
Hay personas que piensan que ir
al psicólogo, es lo peor. Hay otras personas que creen que es lo mejor. Mi
cuento con esto de las emociones y el de necesitar ayuda para entender muchas
cosas, viene de muchísimo antes. A los 13 años, les pedí, voluntariamente a mis
padres que me llevarán al psicólogo, no sé por qué, yo solamente quería ir. Debo
haber hinchado lo suficiente como para que hayan accedido. Así, llegué a mi
primera terapia infantil, y sin querer queriendo, fue mi primera ida a la
mierda, porque del psicólogo, derivé al psiquiatra infantil y en mis primeros
antidepresivos. En fin, lo había logrado, alguien me estaba ayudando a entender
este desorden que tenía en la cabeza (y que aún cuando lo entiendo, sigo teniéndolo).
No tengo recuerdo de mi alta, creo que nunca me la dieron. Yo solamente arranque.
Mi segunda terapia fue más
terrible, porque nacía de mis enfermizas ganas de no vivir un día más mi vida. La
adolescencia es algo súper rudo, y más para las que emocionalmente de pronto no
estábamos bien paradas. Y en general, no hablo mucho de esto, pero creo que hay
que ser súper clever para vivir la adolescencia sanamente. Ahí está la madre de
todos nuestros corderos. Si fumas, si tomas, los atados con la comida, las
relaciones con los amigos, con los enemigos, con la familia, etc. ¿Y yo?,
bueno, yo solamente creí que no podía con lo mío no más. Lo que me costó una terapia
de años eterna, con dos terapeutas diferentes, más visitas periódicas al amor
de psiquiatra que tenía en ese entonces, que me “empepaba” hasta decir basta. Fue
un largo y muy difícil período, que me llevo a estar lejos de mi familia, de mi
colegio (porque ese año no pude ni terminar de estudiar), de mis amigos. Tengo
recuerdos tan heavys como el que mis amigas me obligaban a salir con ellas, y
me ayudaban a arreglarme, mientras lloraba frente al espejo. Lo peor de todo,
es que creo que nunca, pero nunca antes, ni después, estuve tan lejos de mí. Y
cuando, ya me sentí recuperada, en mis primeros años de universidad, me juré a
mí misma, nunca volver a tocar fondo de esa manera, no por ellos, si no por mí.
Así, con 26 años, arranqué de una
terapia, por 5 meses, meses que por cierto, estuvieron llenos de mucho jolgorio
excesivo y muchas embarradas excesivas. Hasta que cuando caxé que estaba a punto
de irme a pique de nuevo, fuí lo suficientemente valiente para asumir que sola ya no podía, y que necesitaba que alguien me ayudara a poner orden. Esta creo
que ha sido la terapia más consciente y provechosa de mi vida. Tengo clarito,
clarito, en que estoy, por qué, para qué y un montón de explicaciones
organizaditas en mi cabeza y en mi corazón. Lo difícil fue descubrir el origen
de todas mis angustias. Sin embargo, es algo de lo que nunca en la vida podré
escapar.
Las nueve habitaciones de la
felicidad, es un libro para el alma, no sé si de autoayuda, pero sí sé que es
capaz de ayudarte a organizar algunos cuentos que puedan estar haciéndote la
vida a cuadritos. Este libro, no fue la solución a mi vida, pero sí me ayudó a
poner las cosas en su lugar.
Lo que hace este libro es
organizar tu vida personal en nueve habitaciones, imaginando que tu vida es
una casa. De este modo, puedes ordenar tus emociones, tus culpas, tus fobias,
tus aprehensiones, respecto de la gente que te rodea y de ti misma. Así, el
living se relaciona con tus amigos, tu habitación con la relación de pareja, el
baño con el amor propio, etc.
Es un fantástico libro que te
puede ayudar a descubrir, eso, la madre del cordero, y quizás te incentive a
pedir ayuda, como yo, o simplemente hacer algo por ti y por el resto para
mejorar.
No es un libro económico, pero es
un libro compañero, de esos que es necesario leer cada cierto tiempo, y eso
hace valer su precio. Es un libro para devorar, pero también es un libro para
leer de manera pausada, de repente, para tomarse el tiempo necesario de leer,
reflexionar, y quizás solucionar.
No todos necesitamos lo mismo, no
todos funcionamos ni reaccionamos de la misma manera. No digo que las terapias
sean lo mejor, yo creo que las terapias son solamente para las personas que son
capaces de enfrentarse a sí mismas de una manera, de pronto, bien violenta.
Hasta creo que “a veces, es mejor no saber”, pero sí creo que uno, como un ser
único, individual, pero a la vez, un ser social, que se debe también al mundo,
a veces, tiene que parar y buscar maneras de ser mejor, no solamente para uno sino
para todo el mundo que te rodea. Yo espero que mi dato, a alguna o alguno,
pueda encaminarlos hacia allá.
Querida Pops,
ResponderEliminarMe llegó al alma tu entrada. Me emocioné y te sentí muy cercana cuando no nos conocemos físicamente! Gracias por tu sinceridad y por el buen dato, a todas nos será de ayuda. Lo compraré!
Un abrazo a la distancia física, pero en cercanía virtual :)
Marwa <3
bella, a mi siempre me ha dado miedo ir al psicología o al siquiatra, aunque he tenido periodos de oscuridad y mierda en mi vida, siempre le he hecho el quite, por vivir de cerca lo que es tener a alguien de la familia en tratamiento. Pero creo que todos deberíamos tener psicologo o terapeuta que sea como un guía en nuestras vidas, sin caer en las pastillas o drogas y la dependencia a químicos, no se porque se tiene que caer en eso, a veces pienso que los docs son muy inegligentes en ese aspecto. Porque claramente no existe la persona normal, o completamente sana. En fin, me parece super bueno lo que planteas del libro ojala tuviese money ahora para comprarlo , pero cuando se de la oportunidad no lo dudare, ANIMO!!!! xoxo
ResponderEliminarEs importante buscarse un colchoncito, como digo yo. Alguien que esté ahi contigo indenpendiente de lo que suceda. Yo eso no lo he encontrado en mis amigos, ya que siempre ellos, toman una postura desde su punto de vista de las cosas, y sobretodo porque como son tus amigos, en general tienden a sobreprotegerte, y no siempre actuan de buena manera. Para mi el psicologo es una persona que te ayuda a ordenar lo que ya sabes, ha asumirlo con mayor valentía, a mirar lo que te sucede desde la vereda del frente. gracias por su comentario
ResponderEliminarP0ps, me sentí como Marwa... hasta tuve ganas de abrazarte (no soy muy de tocaciones, ojo) y me sentí muy cercana a tu historia. Estuve en un lugar parecido al tuyo... todavía me cuesta ver con claridad ese periodo, pero rescato que para saber cuán bien estás y disfrutarlo, pasar por ahí es un contraste iluminador.
ResponderEliminarNo pretendo volver a ver a psiquiatra en mi vida, me parecen feos y de mal gusto (jajaja), pero debo confesar que creo que todos deberíamos tener una ayudita extra para no hacernos daño gratuitamente, un Pepe Grillo, como me gusta llamarlo.Me tinca el libro que mencionas, lo buscaré por ahí.Un abrazo.
me pasa algo parecido, aun cuando no nos conocemos, las siento muy cercanas, a todas! en verdad, las siento muy amigas, además de compartir un espacio tan lindo!!! xoxoxoxox para todas!
ResponderEliminarQuerida, buscar la normalidad, es tan iluso como tratar de esconder un elefante debajo de una cama... mejor no perder el tiempo, sin embargo, todos necesitamos de un ser distinto, objetivo que a ratos nos tire las orejitas!
ResponderEliminareso eso! un pepe grillo... es justamente lo que uno necesita a veces en la vida. Abrazos para ti tb.!
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