Por Patricia O. (Patokata) desde Uruguay
No podía evitar mirar de reojo la puerta del apartamento...
Siempre le daba la sensación de que él iba a entrar de un momento a otro y ella estaría expectante y temerosa, como siempre, a que algo lo disgustara.
Pronto se tranquilizaba, olvidaba con frecuencia que ya era libre; esa manía que su marido siempre tuvo de bañarse en perfume era lo que delataba su presencia, aún después de tantos años, tras las paredes empapeladas...
uffffff!!! ayy!! se me pararon los pelos!!! lo encontré fuerte!
ResponderEliminarbesos!
Qué cuático.....te pasaste!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! O.O
ResponderEliminardeberías ser tú quien escribiese los carteles de concienciación social contra los malos tratos.... slogans como el amor no es la hostia dejan mucho que desear tras leer tus palabras!
ResponderEliminarppprrrrrrrrrr........que nervio!!!!! la capacidad que tienes de hacernos vivir aunque sean 3 lineas es maravillosa!
ResponderEliminarbsss