Por La Churro desde Chile
"Tus manos. Mi calma y mi locura son tus manos. Mi vicio y mi perdición. Mi redención.
Sobre mi velador hay un pequeño
cuaderno con hadas y corazones. Allí escribo cartas que nunca hago llegar porque
en ellas confieso mis más profundos temores, pensamientos y sentimientos. Hoy me doy cuenta que todos esos remitentes
son los hombres más importantes que han pasado por mi vida, aquellos que se
quedaron por siempre en mi corazón o se llevaron un trocito de él.
Hoy les regalo la carta que le escribí a Mi Viejo porque decidió salir definitivamente de mi vida, si no saben quién es, las invito a leer sobre mi romance 40 y 20. Siempre que esto sucedía, le escribía una carta, algo pasaba en su corazón de piedra y volvía a mi vida. Me prometí a mí misma no buscarlo nunca más, por eso esta última carta (inspirada en la parte que más amo de él) quedó olvidada en ese cuaderno de haditas. Pero ustedes ya me conocen, mi corazón nunca deja de sentir, así que no rompo mi propia promesa, pero difumino sus límites y le escribo a través de ustedes. Mi Viejo hizo la promesa de nunca leerme en este blog, así que espero que él también doble sus propias reglas y de algún modo sus ojos vean estas palabras. No sé si quiero que vuelva, ya resolví mi futuro sin él, pero necesito que sepa todo lo que lo quise, lo que fue y lo que será.
Hoy les regalo la carta que le escribí a Mi Viejo porque decidió salir definitivamente de mi vida, si no saben quién es, las invito a leer sobre mi romance 40 y 20. Siempre que esto sucedía, le escribía una carta, algo pasaba en su corazón de piedra y volvía a mi vida. Me prometí a mí misma no buscarlo nunca más, por eso esta última carta (inspirada en la parte que más amo de él) quedó olvidada en ese cuaderno de haditas. Pero ustedes ya me conocen, mi corazón nunca deja de sentir, así que no rompo mi propia promesa, pero difumino sus límites y le escribo a través de ustedes. Mi Viejo hizo la promesa de nunca leerme en este blog, así que espero que él también doble sus propias reglas y de algún modo sus ojos vean estas palabras. No sé si quiero que vuelva, ya resolví mi futuro sin él, pero necesito que sepa todo lo que lo quise, lo que fue y lo que será.
"Tus manos. Mi calma y mi locura son tus manos. Mi vicio y mi perdición. Mi redención.
Sólo pretendo una palabra
amistosa, trivial, cordial... pero tu mano derecha me sujeta mi rostro por la
sien. La punta de tus dedos se enredan en mi cabello y es la puerta a un abismo
donde me pierdo y confunde el placer. Las siento alrededor de mi cara y se
transforman en una barrera a mis agobiantes pensamientos, mi cabeza se aquieta
y los fantasmas quedan fuera. Tus manos son el escudo que protege mi alma del
daño que yo misma me infiero, con ellas dejo de pensar y divagar. Cierro los
ojos y siento su calidez, me siento segura.
Ellas acercan mis labios a los
tuyos y tus brazos me envuelven y así, de a poco, caigo en ese delirio donde
nadie existe, donde no hay pensamientos ni remordimientos, donde no hay pasado,
donde no me importa el futuro. Tus manos en mi espalda con sus dedos abiertos.
No me caeré al abismo porque, cuando flaquee, ellas me sostendrán con fuerza y
suavidad.
Tus manos me descubren y me dejan
desnuda e indefensa ante tus ojos. No temo.
Me coges por la espalda
apoyándome sobre tu cuerpo sediento de pasión. Tus dedos se cuelan entre mis
piernas y cubren mi vulva que se humedece al sentir su calor. Se mueven
sutiles, gráciles y delicados hasta cubrirme por completo, sin importarles
quién estuvo allí antes porque sólo ellas conocen la verdad de mi sexo.
Siguen recorriendo mi piel de
niña, suben por mi pecho y toman mi cuello con fuerza; no sé si me protegen o
me castigan. No tengo miedo, no me asusta morir entre tus manos. Quiero que sean mi verdugo: que me azoten y marquen mi piel, que me seduzcan y me
acaricien. Quiero ser débil ante tus manos de hombre, que me castiguen y me
arrullen. Quiero ser pequeña entre ellas.
En mi mano derecha un lápiz
describe las tuyas mientras la izquierda recorre mi cuerpo… y no se siente
igual. Tengo sexo con mis propias manos y no las quiero porque no son como las
tuyas. Abrázame. Acaríciame. Tómame entre tus manos y no me dejes ir.”
Nunca te lo dije, pero si me lees
Mi Viejo, tras esta carta quiero que sepas que yo también… yo también te amo.
Que heavy, churrito, que heavy!!!
ResponderEliminarFuerza, hija, fuerza!
Tranqui mi bella Pops. Ya ha pasando un poco el tiempo y me lo tomo con calma porque soy de aquellas que cree que la vida y el destino son sabios y las cosas pasan por algo. Gracias po tu cariño <3
Eliminarme alegro muchísimo! si no, ya sabe... en este lugar siempre encontrará muchísima contención! =)
Eliminar<3 <3 <3
Eliminarooohhhhh, yo hacia lo mismo, tenía un cuaderno donde le escribia a mi amado cartas principalmente cuando teniamos dramas...después de un tiempo en algunas ocasiones le hice leer más de una pero en uno de mis procesos de olvidarlo ese cuaderno fue un motivo mas de masquismo asi es que me arme de valor y lo boté...igual es una buena opcion para deshaogarse...
ResponderEliminarCreo que es bueno como proceso de catarsis, para aquellos que hablamos poco pero pensamos/sentimos mucho. No abandones ese ejercicio, a veces salen cosas buenas . Cariños!
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