Por Ajonjolí desde Chile
Cuando comienza a aclarar sigo en las mismas. Planificando, buscando explicaciones, enjuiciándome y perdonándome al mismo tiempo, meditando y sintiendo… sobre todo sintiendo. Es en ese punto, cuando me comporto como una abuela mañosa golpeando la mano de su nieta al robar un pedazo del quequé recién hecho, ¡eso no se hace! Hay sensaciones que te ponen en aprietos y te angustias. Pero sentir es tan natural que luego, una vez más, me perdono.
Mi día comienza muy temprano. A las 05:30 estoy en el
paradero esperando la locomoción que me llevará a mi trabajo, mantengo la
compostura a pesar de que la soledad de la calle a esas horas es
desconcertante. Desde que me acuesto
hasta que me levanto mi cabeza no para de dar vueltas.
Cuando comienza a aclarar sigo en las mismas. Planificando, buscando explicaciones, enjuiciándome y perdonándome al mismo tiempo, meditando y sintiendo… sobre todo sintiendo. Es en ese punto, cuando me comporto como una abuela mañosa golpeando la mano de su nieta al robar un pedazo del quequé recién hecho, ¡eso no se hace! Hay sensaciones que te ponen en aprietos y te angustias. Pero sentir es tan natural que luego, una vez más, me perdono.
Lo único que parece capaz de calmar esas dudas y
confusiones es un BUEN ABRAZO.
¡Así que ABRAZÁME!
Hay veces en que un abrazo es el remedio para el mundo, mejor que un chocolate, mejor que unas palabras de consuelo, mejor que hacer el amor. Simplemente un abrazo en silencio.
ResponderEliminarMe gustó tu entrada, la inspiración no ha desaparecido ;)