Por
LaCotono desde Chile
Hace unos días me junté con mis amadas amigas de la universidad y preguntándoles sobre qué temas podría
abordar en el blog, mi amiga Maca me dice “Lore, habla de cómo se ha cambiado el
espíritu navideño por el consumismo navideño”, fue inmediatamente un gran ¡Sí!
Me hice muchas preguntas y
también traté de recordar mis navidades, cuando era pequeña, las cuales eran
mucho más austeras que las de hoy. En mi caso, era ultra feliz con un maletín de
doctora, sin luces, ni botones complicados y menos algo con conexión a
internet. Así comencé a observar las actitudes previas a la navidad y me
encontré con malls llenos, comerciales que muestran juguetes demasiado
sofisticados, miles de celulares o tablets, que están casi agotados por
todos lados.
El consumismo es cada día
mayor y se piensa básicamente en los regalos. Los niños han perdido esa magia
de creer en aquel hombre de rojo de sonrisa amable. Me sorprendo cada año
cuando mis alumnos me dicen: ¿Adivine qué le pedí a mis papás para la navidad?, y salen miles de compras carísimas, los infaltables juegos electrónicos, las
bicicletas y los juegos de que están de moda. Ya no se piden las míticas
muñecas con las que éramos felices cambiándoles de ropa y haciéndoles una
casita. O, pensar en la cena y estar compartiendo con tus seres queridos. Obvio
que esto va cambiando según la edad, mis primos más chicos piensan en
“carrete” (juerga), mis amigas con marido e hijos piensan en una comida agradable,
regalitos y dormir.
Debo admitir que soy un
tanto materialista, creo que con regalos uno hace feliz a las personas (no creo
estar tan equivocada), me encanta cuando mi sobrina abre sus regalitos con una
cara de felicidad enorme.
Pero si miramos hacia
atrás y pensamos en el verdadero espíritu navideño, ¿por qué no se pueden dar
reuniones familiares, horas de conversación amena, un rico postre para
compartir y no pensar absolutamente en lo que recibiré? ¿Qué les estamos
inculcando a las nuevas generaciones? O también pienso en cómo el medio nos
hace querer consumir muchas veces sin necesidad.
Con el ritmo de vida que
llevamos hoy, modernidad en extremo, full tecnología, igual es difícil poder
pensar en ese lejano espíritu navideño.
Me carga el consumismo navideño, soy media grinch...debo reconocerlo...el tema de los regalos antes me sobrepasaba, tenía largas listas y gastaba un montón de dinero.
ResponderEliminarHasta que hace un par de años decidí liberarme del estrés navideño y no comprar regalos de navidad salvo para mi familia y un par de amigos contados con una mano o menos jeje.
te recomiendo el amigo secreto familiar, y puedes hacerlo con regalos mas simbolicos.
EliminarTienes toooda la razón.. créeme que en estos últimos 10 años el cambio ha sido total para decirte que la navidad acá ya es un día mas del año.. Ya la gente ni le gusta siquiera reuniones familiares, lo que siempre esperan de estas fechas es las ofertas para comprar electrodomésticos y tantas cosas mas para la casa y para si mismos... La navidad ahora es netamente comercial , su sentido se ha perdido... Sólo enciende en televisor y mira cuanta propaganda con promociones que se aprovechan de la fecha..
ResponderEliminarsi toda la razon, esta fecha se volvio solo comprar, comprar y comprar...
EliminarHace tiempo se perdió el espíritu navideño, añoro las navidades de mi infancia en que también era feliz con solo un auto de madera o un peluche, no necesitaba nada mas.
ResponderEliminarTodos deberían empezar a recobrar eso, inculcar en los niños el espíritu que consta de compartir en familia y no pedir lo último que sale en la tele.
Muy de acuerdo todo tiempo pasado fue mejor ;D
EliminarCuando se aproximan las Navidades o el cumpleaños de algún familiar o amigo les hacemos un regalo. Una muy buena idea, independientemente de que sea una persona adulta, joven o niño, es regalar juegos de mesa. Con ellos podréis pasar largas tardes en familia divirtiéndoos.
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