Por
LaCotono desde Chile
La semana pasada les conté
sobre mi opinión del consumismo navideño. Hoy les quiero relatar lo que me
sucedió hace unos días en medio de la locura por las compras navideñas.
Primero, mucha gente,
vendedores estresados y malhumorados, calor en extremo y pésima atención. Fue
ahí donde comenzó mi historia debido a que nadie me atendía comencé a revisar
que quería comprar. Mientras veía un cinturón para mi padre una señora de
bastante edad estaba en la misma situación que yo. Buscaba un cinturón para su
marido, pero no sabía cómo se veía la talla, ni la calidad, etc.
Como la veía tan
complicada me acerque y le dije –¿Señora, le ayudo? Y puso una carita de
felicidad, ahí la estuve ayudando por un largo rato, ya que ninguno le
convencía y yo con toda mi paciencia y buena disposición busqué y busqué hasta
que encontramos uno bello. Nota: Durante media hora ningún vendedor se acercó a
preguntarnos que queríamos, al contrario estaban amontonados felices
conversando.
La señora me decía “mijita
no se preocupe, déjeme acá no más, usted quizás esta apurada”. De hecho estaba
ultra apurada, pero pensé: “Estas fechas no son de amor, de compartir y por qué
no ayudar al prójimo”
Bueno cuento corto,
encontramos unos lindos cinturones pagamos y nos despedimos, la señora
tiernamente me dio las mil gracias, nos deseamos una feliz navidad y
honestamente salí con una sonrisa en la cara por haber hecho mi buena acción del
día.
Linda historia entre tanto estrés navideño :), es verdad que la mayoría de los vendedores anda super malhumorado, ayer quería salir por una puerta que estaban cerrando en el mall y la vieja me respondió horrible! que ganas de pegarle xD
ResponderEliminarsaludos :)
que linda, Cotono!
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