Por Tania Yesivell desde Honduras
A ver, levanten la mano quienes hayan dicho frases hirientes como "¡Ese libro es una basura!", "¡Deberían quemarlo!", "¡Es puro mercantilismo!". Esas o sus equivalentes.
Está bien, tranquilos, pueden admitirlo sin sentir vergüenza.
¡Pero tampoco se sientan orgullosos!
Hay libros por ahí que se ganaron mi desprecio más tarde o más temprano. Libros con personajes mal elaborados, con argumentos que justifican actos reprobables o que cuentan historias que no me interesan. Los hay con un lenguaje tan extravagante que es imposible encontrar la historia entre tantas palabras rebuscadas... A grandes rasgos, esos son los libros que desearía no haber leído. Los libros de los que huyo después de leer la sinopsis. Seguro todos ustedes tienen sus propios criterios y una lista negra de lecturas.
Pero para todos esos libros que odio, hay lectores devotos que aprovecharán que yo los haya despreciado.
Listo. Una historia con final feliz.
Pero, no podía quedarse ahí, ¿verdad?
¡Es que nos gusta el conflicto! No faltan medios para destilar veneno contra ese libro que leímos porque quisimos pero nos defraudó. Y, contra la librería donde lo compramos, la editorial que lo publicó, el ser humano con sentimientos que lo escribió y todos los lectores que sí lo disfrutaron... ¡Eso es mucho veneno!
Si consideramos que la lectura proporciona un poco de felicidad y cultura, abre la mente y nos sirve para comprender la posición de otras personas, es una sorpresa que un lector pueda ser tan hiriente.
A mí, pese a que tengo una lista larga de libros detestados, me parece una pena que cada nuevo libro traiga una guerra sin cuartel. Y entre más exitoso, más guerra.
Digamos que sí, que algunos libros no valen lo que cuestan. Que no son lo que decía en la cubierta. Bien, no nos gustaron, busquemos otro. ¿Es necesario salir a herirle el orgullo a los seguidores? Yo digo que basta una crítica seria, señalar nuestras quejas y no hacer de ello una historia de horror.
¿Qué hay mejores libros? ¡Pues recomendemos esos! No hace falta compararlos con sus supuestos inferiores.
Debemos medir nuestras palabras en esto como en todo. Al insultar un libro podríamos estar insultando las creencias de otras personas, la experiencia de un ser humano real o los sentimientos de alguien. No solo por el escritor o por el libro mismo, sino porque es imposible saber que tipo de lazo crea un lector con ciertas historias.
Por eso, como en toda actividad humana, en esta deberíamos recordar mantener el respeto; todas las personas lo merecen, incluso quienes escriben y leen esos libros que desearíamos no haber conocido.
Me gustó esta entrada, es fácil menospreciar lo que no nos agrada o llama la atención, pero la verdad es que en el mundo hay para darle el gusto a todos; hay quienes gustan de leer material especializado mientras que otros disfrutan de novelas ligeras y porqué no, trilladas. Creo que lo importante es ejercitar la mente leyendo, no importa el contenido siempre te va a aportar algo.
ResponderEliminarSaludos! :)
Yo daré mi opinión si me la piden. Si mi opinión no gusta, haber pensado que podría no llegar a decir lo que querían oír... por lo demás, sólo hay una historia de la que me quejo por sólo haber leído la sinopsis.
ResponderEliminarAsí pues, leed La Historia interminable. Michael Ende os lo agradecerá desde Fantasía ^_^