Por La Churro desde Chile
Hace rato que ando con la Olguita Marina. Hago muchas cosas en el día, sin embargo todo se reduce a los mismos espacios, a la misma cuidad que amo y me ahoga. ¡¡Necesito vacaciones urgentes!! No para descansar, sino más bien para salir un ratito de los mismos paisajes y caras grises, sin embargo, todos los planes se vieron frustrados por un maldito ser llamado corazón.
Plan 1: Mi mejor amigo. (Como ya lo he nombrado bastante, ya es hora de bautizarlo. Será mi amigo el Cocinebrio). Desde hace
un par de años me tomo un bus al norte de Chile para ir a verlo. En estas
fechas mi Cocinebrio trabaja en la playa, así que durante el día me dedico a disfrutar de
las costas y por la noche nos reunimos para conversar largamente, reír,
parrandear… y sí, a veces algunas otras cosillas más privadas. Este año no fue
la excepción y me llamó para hacerme la invitación correspondiente, lógicamente acepté encantada. Esa misma noche comenzamos a hablar por face y, como yo andaba escasa de cariño, él me consolaba con dulces palabras. Parece que
el romanticismo nos embriagó mucho y terminó diciéndome que soy una gran mujer,
que eramos el uno para el otro, la felicidad de haber podido mantener nuestra
amistad a pesar de la distancia y un largo etcétera, hasta que al final leo “deberíamos
pololear… no lo crees?” Menos mal que no vio mi cara de espanto, así que
dulcemente le dije que la vida debía hacer lo suyo, que no era bueno apresurar
las cosas y que viéramos que sucedía en aquel viaje. Al par de días recibo un
mensaje: “Mejor que no vengas, porque no sé si me quedaré en la playa” Así de
corta y fome. No me ha dirigido ni una palabra desde entonces. Ah! Y
me he enterado que sigue en la playa… y con una amiga que obviamente no soy yo. Plan 1 arruinado por un corazón confundido.
Plan 2: Mi Conejo, el amor más
intenso y tortuoso que he tenido. No sé a raíz de qué volvimos a hablar.
Recordamos nuestra relación, los momentos felices, todo el amor y pasión que
sentimos y los flash back de esos maravillosos besos que no nos dejan conciliar
el sueño a ninguno de los dos. Pero como nada es miel sobre hojuelas en mi
vida, también nos torturamos por los 805 km de distancia que nos separan y el
único motivo por el cual nuestra relación no prosperó. Planeamos escaparnos
juntos para revivir nuestro amor al menos por un par de días, él
logró conseguirse alojamiento en una playa entre su cuidad y la mía. Todo
estaba bien, hasta que al maldito Conejo le bajó la conciencia. Recibí un
mensaje de texto “Coneja, por ahora es muy difícil que funcione esto, estamos
muy lejos y yo estoy pololeando. Yo te extraño mucho y te quiero, pero creo que
no es el momento”. Plan 2 arruinado por un corazón desorientado.
Plan 3: Mi mejor amiga. Somos
inseparables desde los 7 años. Ella recién termina una larga y tortuosa
relación, así que pensé que sería un buen plan para ambas escaparnos un par de
días juntas para reavivar nuestra amistad, sanar su corazón roto y aprovechar
este soleado verano. Sin embargo este mismo desconsuelo la hizo irse a lamer
sus heridas a nuestra cuidad de origen, y por el momento no tiene fecha de
retorno. Solo me queda esperar a que su alma sane para volver a tenerla a
mi lado. Plan 3 arruinado por un corazón roto.
Plan 4: Mi querido Viejo. Bajo su misma confesión he sabido que no han
sido sus mejores días. No me ha contado qué pasó, pero por lo mucho que lo conozco,
sentí su pena y la falta que le hacía el
apoyo de alguien, dado que no confía en nadie, creí poder revivir ese apoyo
incondicional y sacarle algunas sonrisas con un par de días juntos. No era un
plan romántico, sino más bien amistoso, ya que le debo mucho y es un gran
hombre al que no puedo dejar de querer, aunque ahora desde otro prisma. Le
propuse el plan y me respondía con evasivas, hasta que finalmente lo rechazó
con absurdas excusas. Obviamente volvió el escudo que rodea su corazón y sé que
se le pasaron mil rollos mentales. La idea era simple y transparente, pero se
volvió demasiado mina para sus
análisis. Plan 4 arruinado por un corazón abrumado (y ahora blindado).
Ya comenzó el mes de Febrero y
mis días libres… y todos mis planes han fallado. Ya me estoy resignando, creo
que disfrutaré unos lindos días en el sur viendo teleseries venezolanas con mi
Tata y comiendo los ricos porotos con riendas que me cocina mi Abuela. No
tendré playa ni un bronceado fascinante, pero al menos estaré alejada de esos
corazones rotos, enrollados, agobiados, abatidos, angustiados y complicados que
arruinan todos mis planes.
Yo opino que con las solteras de Be Bloggera deberiamos arrancarnos un fin de semana para la playa juntas!
ResponderEliminarguaaaaa!!! opino lo mismo jajajajja....
ResponderEliminarAmiga, te tengo un bloqueador factor 100, te adoro. Algo podrás hacer.
ResponderEliminarPero es taaaaaaan difícil juntarnos... a disfrutar de mis abuelos no ma que los adoro! Tampoco es tan mal plan, estaré full regaloneada
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