Por @La_Papio desde Chile
Uno no se baña jamás en el mismo río. (Heráclito)
Hace un tiempo me puse a pensar en mi relación. Debo aclarar que soy una primeriza en relaciones largas, prestándose cada día al mero “ensayo y error” junto con la improvisación. No sé qué hacer para que todo salga bien, ni qué evitar para mantener la relación justo como quiero.
Caminando en medio de la incertidumbre, dando al mismo tiempo pasos llenos de esperanza, me doy cuenta de cómo las cosas cambian. Claro que la lectura veraniega de Jodorowsky me ayudó bastante en esta reflexión. Me preocupaba bastante que mi relación dejara de ser como era en un principio, que los juegos y bromas cambiaran o dejaran de hacerse, que dejáramos de nombrarnos como nos nombramos o de necesitarnos incondicionalmente como era desde un principio. En mi cabeza entró el miedo de que el amor cambiara, que algunas celebraciones fueran distintas o dejaran de recordarse. Luego pensé, ¿es miedo a que se muera el amor o a que este cambie?
Me consuela el saber que cada día es diferente, que los cambios que veo no son un fenómeno reciente, sino que han estado conmigo y en mi relación desde el primer día. Las cosas externas cambian, las situaciones, los problemas, las condiciones, las personas que nos rodean, tanto como nosotros mismos. Heráclito tenía razón cuando dijo que no podríamos jamás bañarnos en el mismo río, es casi imposible que coincidamos en un segundo con las mismas condiciones en un mismo espacio. Los cumpleaños nunca son iguales, los aniversarios y citas cambian. Las personas crecen, tienen cosas diferentes en sus cabezas día tras día, hora tras hora. El querer una vida o un amor constante por el resto de los días es perseguir un imposible. Los “felices para siempre”, como también las crisis, pertenecen a la misma escuela, son momentos efímeros que se nos escurren entre los dedos.
¿Para qué llorar eternamente un mal momento? ¿Para qué temer un cambio? Creemos que tenemos una vida basada en principios y no nos damos cuenta que nada es igual al día anterior, la estabilidad es una ilusión que nos alimenta día tras día, volviéndonos rígidos, temerosos, esclavizándonos. Ya no temo que mi relación cambie ni que no se vuelva a parecer al primer mes, en donde todo era rosa, ahora mi temor reside en otras cosas que espero superar un día. Espero que junto conmigo acepten que las cosas jamás volverán a ser como fueron, es triste, pero también maravilloso el no saber cómo será el mañana o la próxima media hora, comprometiéndonos más en nuestras vidas y relaciones, después de todo somos agentes y no pacientes.
Me encanto! que linda entrada!
ResponderEliminarEs tan cierto!! vivimos pensando en como las cosas fueron antes y olvidamos a que como el día, nosotros y nuestras relaciones también tienen ciclos. No hay un día igual al anterior pero este nuevo puede ser mejor y con muchos más aprendizajes... y si tu relación no es como lo era antes es porque mutó y mutar es hermoso!
te felicito linda esta entrada es bella!
Gracias querida, lo importante es dejar de comparar los días y crear uno nuevo y maravilloso.
EliminarBesitos!
que complejo es asumir que todo cambia y no por eso está mal... o que difícil es ver los cambios y aceptarlos como naturales, como una nueva luz. para pensar horas!!!
ResponderEliminarLa cosa es ver de otra manera, los cambios no es que no sean malos, sino que son buenos.
Eliminar:)
Es tan cierto que uno no puede bañarse dos veces en un mismo río, a mí me costó asumirlo, pero la realidad es una transformación constante, también he sentido miedo por los cambios, sobre todo en relaciones amorosas. Lo que ahora intento llevar a la práctica es vivir el presente, intensamente, respondiendo a cada situación como si fuese algo nuevo, es bonito descubrir, descubrirse y nacer en cada momento, maravillándose con cada experiencia como si fuese la primera vez que empiezas a conocer. :)
ResponderEliminarMe quedó mucho de lo que aprendí en psicología y de los libros que leo de Osho. La vida es hoy.
Una entrada genial!!
Cariños.
Que rico es vivir cada día reconociéndolo como una instancia nueva. Sin duda nos ayuda a disminuir ese apego que tenemos al pasado. Saludos Ema!
EliminarMe gustó mucho tu escrito, tienes tanta razón en tus palabras... uno teme a los cambios del mañana, queriendo que todo sea de la misma forma de como empezaron, tememos que esos cambios nos afecten, en vez de verlos como cambios que pueden ser buenos, no todo será igual siempre, porque no seremos ni pensaremos de la misma forma por el resto de nuestros días... debemos aprender a no temer a los cambios, no aferrarnos a como fueron las cosas antes si no a vivir el hoy, el presente.. cada día es nuevo y puede ser el último y por lo mismo debemos aprovecharlo, aunque para algunos sea difícil verlo así...
ResponderEliminarAsí es linda, gracias por tus palabras :)
EliminarA perder ese miedo, superarlo y vivir mejor, no?
Saludos!
be water my friend!!!
ResponderEliminarLove it! Saludos Maha :D
EliminarEsto no pudo haber llegado en mejor momento!
ResponderEliminarSólo puedo decir que me he dedicado a atesorar cada minuto vívido en mi corazón, porque sé que no volverán.
No temo al cambio, mientras sea progreso.
No temo al cambio, si está él a mi lado.
No temo al cambio, si él no me suelta la mano.
No temo al cambio, si es el amor de él lo que ilumina cada instancia para comenzar, cada mañana, cada día.
Muy lindo, Papio!
Lindas palabras P0ps! Un abrazo :)
EliminarCon el tiempo me he dado cuenta que los cambios no son malos. A una le asustan, se viene lo desconocido... pero cosas buenas pueden suceder. la estabilidad sucede sólo porque hay cambios, el amor es producto que cambio la forma de ver a alguien, los cambios nos llevan hacia el caminno que decidimos. Si sé que asustan, pero no siempre es malo, lo importante es que aunque el amor cambie, no desaparesca. Que el cambio sea evolución, una evolución de ese hermoso amor.
ResponderEliminarAsí es linda, un continuo desarrollo.
EliminarSaludos!