Por Diabla Región 4 desde México
Debo
decir que soy una persona extremadamente hogareña, necesito sentirme parte del
lugar que habito, ya sea mi casa o el trabajo. A lo mejor porque estoy condenada por las características de la gente
nacida bajo el signo de cáncer, no lo sé.
El
punto es que durante los dos últimos años me he sentido una homeless
sentimental.
Hasta
ahora.
Por
ejemplo, el 2011 mi mamá se fue tras una lucha de seis años contra el cáncer. El 2012 me pasé todo el año cambiando de trabajo, en total tuve cuatro
empleos porque de plano la situación estaba muy difícil (entendí que trabajar
en publicidad es como dice Heidi Klum: ‘un día estás y el otro no’). Tampoco me llevaba con mis compañeros, comía
sola y en general me sentía la persona más desdichada del mundo (con las
exageraciones pertinentes, por supuesto).
¡Pero
esperen! No se pongan tristes, porque a partir de aquí se pone feliz el post.
Siempre
había pensado que mi hogar estaba en la casa que habito porque ahí estaba mi
familia. Sin embargo, al verla vacía sentí que me había quedado sin hogar.
Pero…
un día cualquiera escuché esto y me cambió toda la perspectiva.
¿Por
qué el hogar tiene que estar en un lado? ¿Por qué no en muchos?
Está
en casa de mi hermana y mi cuñado, cuando me esperan a cenar. En casa de mi
hermano cuando mi sobrina me cede un cachito de su cama y nos desvelamos
diciendo tonterías. En casa de mi papá y nueva esposa cuando nos esperan a
desayunar con unos ricos molletitos. En la cafetería donde nos reunimos todos
los martes mis amigas y yo para reír y llorar. Está
en el trabajo cuando nos reímos por cualquier cosa, compartimos la nutella y la
mesa de trabajo se convierte en un picnic. Y está
en mi casa cuando llego y mi perro mueve la cola porque está contento de que
acabo de llegar.
Finalmente (y era algo que me costó trabajo entender), el hogar está donde está la gente
que nos ama.
¿Y
el suyo dónde está?
OoOoOh! que lindo!!! me encantó.
ResponderEliminarMe pasa algo similar que a ti en sensaciones. Me separé hace 6 meses (puedes leer mi columna ForeverAlone aquí mismo) y me tuve que regresar a vivir al departamento de mis papás. Desde ese día siento que no pertenezco a ningún lugar y me ha costado poder mejorar mi situación económica para poder irme a vivir sola, que es lo que quiero. A veces me angustia, tener la edad que tengo, haber fracasado y del mismo modo, haber tenido que regresar donde empecé.
Con los meses he podido aprender mucho, he tratado de tomarme las cosas con relajo, no angustiarme y vivir el día a día. Encontré un hombre maravilloso que me acompaña en este nuevo comenzar y por sobretodo he aprendido que el hogar está donde el corazón está, de modo que mi hogar está siempre en donde estén los que quiero, pero por sobretodo está donde yo realmente quiero estar.
Cariños!!!
No hay fracasos Pops, porque aprendiste de lo que te sucedió... y según veo, hoy eres más feliz que ayer. Ojalá sigas con el corazón así de llenito, me encanta saber que la genete es feliz.
EliminarAwww me encantó!
ResponderEliminarMe pasó algo similar: primero me fui yo de la casa y poco a poco la cosa se empezó a desmoronar y cada uno vivía por su lado. Mi casa, en la que me crié con mi familia, era muy distinta a cuando yo vivía allí y sentí no pertenecer... así que decidí que esta gran cuidad en la que vivo hoy sería mi hogar. Donde vaya, estoy en mi hogar, porque es la cuidad que decidí amar.
Y cuando viajo, ya no me importa la casa ni los lugares, me interesa compartir con mi familia, que no importa donde esté, me entrega ese calor de hogar.
¡Muchas gracias por sus comentarios! A veces es difícil adaptarse a situaciones nuevas porque nos alejan de la 'zona de confort' pero una vez superado, se puede ver que las cosas no están tan mal como pensábamos.
ResponderEliminarPops, qué lindo que esa historia haya tenido un buen fin de temporada (ya saben, no es el fin fin, sino el fin de un ciclo). Churro, vivir en otra ciudad debe ser infinitamente más difícil que cambiarse de casa, te felicito porque se requiere mucho valor :)
Abrazo para las dos!!!