Por La Churro desde Chile
Desde el año 2004 vivo semi-sola:
primero con un primo, luego una prima y finalmente mi hermano. Mi teoría es que
mi libertad (o libertinaje) sexual se ha dado en gran medida porque tengo un
espacio independiente en donde hacer mis cosillas tranquilamente y no andar de escondite
en escondite con el miedo que te vean en una situación embarazosa. Pero este
año, la cosa se ha tornado un poco complicada, ya que comparto mi humilde hogar
con dos personajes.
Imagen de www.gettyimages.com |
Por motivo de sus estudios, a mi
hermano y a mí se nos sumó mi hermana pequeña. La convivencia entre los tres ha
sido buena, pero la modernidad trae consigo departamentos pequeños como cajas
de fósforos y paredes que aíslan ruido tanto como el papel lustre, por lo que
algunas visitas se me hacen difíciles de
coordinar para que pasen coladas.
Antes podía escabullir a algún
personaje silencioso a altas hora de la madrugada, y despacharlo una vez
terminada su labor, tan sigilosamente como lo fue su entrada. Pero hoy son 4
ojos y 4 oídos los que me vigilan. Antiguamente alojaba a algún “muy buen
amigo, casi, casi como un hermano” y me dedicaba a gatear en la noche. Pero
engañar a dos no es lo mismo que sólo uno, de manera cómplice, te crea la
mentirita. Además es demasiado complicado coordinar mis horarios en los que
mis dos pequeños hermanos no estén en casa y además, con los que el amiguito de turno
esté disponible.
Soy la hermana mayor, y me siento
un ejemplo para ambos. ¿Qué clase de ejemplo sería si vieran pasar cada noche a
un espécimen diferente? Ambos me conocen bien, y saben a grandes rasgos mis
perversidades, pero hacerse una idea no es lo mismo que escuchar “Oh! Yes, say
my name” desde la habitación contigua.
¿Cuál puede ser la solución?
¿Una “mañanera” cuando mis dos
bebés estén en clases? Al parecer, los machos disponibles no son muy
madrugadores. Y con esto de los paros universitarios que traen consigo extraños
horarios, uf! La cosa se complica igual. ¿Motelear? Nunca ha sido opción gastar
plata por tener sexo. Además lo siento algo impersonal, demasiado “profesional”
para mi gusto. ¿Buscar un amiguito que viva solo? Si ya es difícil buscar a un
hombre dispuesto al sexo a MÍ forma y antojo, además de sin compromisos, imagínense cuánto
se complica si le sumamos el asunto de la vivienda (eso me pasa por tener un
genio tan jodido). ¿Vivir sola? Tendría que invertir más para tener un
pequeñito y humilde hogar propio, pero por ahora es la única opción que veo
para poder poner tranquilamente una ampolleta roja en la puerta y un tapete de “Hogar,
candente hogar”.
(*)El término “Casa de
remolienda” se usaba antiguamente en Chile para referirse a establecimientos
donde las prostitutas ofrecen sus servicios, algo muy similar a un prostíbulo.
No puedo ayudarte, andamos iguales o casi, porque ya sabes que estoy en claustro.
ResponderEliminarViva el: hogar, candente hogar.
Pucha gordita, a luchar por la independencia y los hogare candentes
EliminarAAyyy!!! jajaja, me rio mucho! Bueno festeja por no estar en una época de sequia como dicen mis amigas!
ResponderEliminarjejejej
Besito!
Por lo menos no ha faltado, a pesar del problema de la vivienda.
EliminarGracias por comentar Ailen
yo tb estoy con problemas de ese tipo.....estoy luchando por el Hogar, candente, Hogar!!
ResponderEliminarParece que vamos a tener que hacer una revolución social en pro de otorgar subsidios para hogares candentes.
ResponderEliminarMe sumo!!!!!
ResponderEliminary si nos arrendamos un casa???!!!
Uf! Danger!!!!! ese sí que sería un candente hogar
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