Por Maha Lub desde España
Hay un hecho en el ser humano que me desconcierta, no
sabemos de límites.
Por un lado, tenemos a los que nunca se salen de la zona
segura, no sufren decepciones y frustraciones pero tampoco se sorprenden con su
auténtico potencial. En el otro lado podríamos incluirnos la gran mayoría,
trazamos nuestros límites un paso más allá del precipicio. ¿Qué quiero decir
con esto?
Siempre queremos más, los éxitos nos empujan a plantearnos
nuevos retos y cuando hemos alcanzado nuestra zona de máximo confort y
satisfacción, no la disfrutamos porque nos proponemos nuevos desafíos.
Este es el ERROR más común en el hombre (inclúyase a las
mujeres también). Si todo cuanto nos planteemos más allá de nuestro punto
álgido es una caída al vacío, ¿cómo ver pues el borde del acantilado para
trazar la línea un paso antes? Tal vez debiéramos preguntar esto a algún
profesional del coaching, o no, seguramente nos diría algo en plan:
“… Todo es cuestión de actitud, si no voláis es porque no os
lo estáis permitiendo…”
En fin, mi opinión no profesional sobre el tema es algo
contradictoria. No es lo mismo dar un salto de fe que un salto suicida. Retarse
a uno mismo es positivo pero, más positivo todavía es saber hasta donde podemos
llegar. Únicamente lograremos ver el filo de la caída cerrando los ojos, así no
nos enfocaremos en ejemplos ajenos.
Un poner: Como María ha montado una peluquería y está
triunfando, yo voy a abrir mi propia tienda.
Nenita, puedes ser la mejor vendedora de esos grandes almacenes
y por eso te han hecho encargada pero antes que nada, cierra tus ojos y no
mires a María, fíjate en ti, en lo que eres y lo que te hace feliz, en lo que
realmente deseas. ¿Acaso sabes de cuentas? ¿De permisos? ¿De seguros? ¿De
estrategias de mercado? ¿Dónde adquirir mercancía de calidad a buen precio y
que sea vendible? ¿Crees que te manejarás bien con la responsabilidad de ser tú
quien lo arriesga todo? Si es así, monta tu tienda, de lo contrario, plantea tu
reto de manera distinta: Como quiero llegar a tener mi propio negocio, voy a
adquirir los conocimientos que necesito para ser una buena empresaria.
Además de cerrar los ojos, creo que la sordera selectiva también es
muy útil en este tema. No es bueno escuchar a esos que nos dicen lo que supuestamente debemos hacer. A
tu edad ya has de tener hijos, comprarte una casa… Nadie mejor que nosotros
mismos, nuestra auto crítica y nuestra conciencia para decirnos lo que tenemos
que hacer, no hay ser en el planeta capaz de ponerse en nuestra piel y nuestro contexto más
de lo que nosotros ya estamos.
¿Qué opinan?
Los límites se los coloca uno mismo, lo gracioso es ver como hay personas que no los tienen y no se los colocan
ResponderEliminarBesos