Por Ninibeth desde Venezuela
Termina otro año y ya empezamos a evaluar que metas no cumplimos… ¿Pero por qué ocurre esto?
Los propósitos de fin de año suelen ser lo que ocupa
nuestra mente a principios del nuevo año. Sin embargo, al ir pasando los meses, esta atención se va perdiendo y los propósitos con los que tanto soñamos
ingresan al baúl de nuestros recuerdos y así volvemos a un ciclo del cual
parece que nunca vamos a salir.
Si buscas agradar a los demás para ser aceptada, aprobada
y querida, seguramente tendrás una tendencia a prometer hacer cosas con las que
esperas quedar bien.
Quizás no sabe hacia dónde ir, casi siempre comenzarás
con una lista inagotable de metas, pero pronto aparecerán nuevos objetivos que
te distraerán de los anteriores, y al final, ni unos y ni otros.
Si eres perfeccionista y autoexigente, a medida que
cumplas tus metas, te impondrás otras, porque nunca estarás satisfecha, y en
algún momento, claudicarás.
Por eso es fundamental tomarte la vida con sabiduría y
amor. Sé realista contigo misma y toma en cuenta tus sentimientos. Aprende a
dar pequeños pasos para alcanzar grandes retos y así llegarás a fin de año con
energía para celebrar y reconocerte. No busques castigarte por lo que no has realizado. Lo
mejor que puedes hacer es pensar en qué ha faltado de ti y dónde has fallado.
Aprende de lo que has hecho y así podrás potenciar los resultados para el
próximo año.
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