Por Tania Yesivell desde Honduras
Los grandes cambios, los pequeños eventos.
¿Qué parte del azar, qué decisión absurda, han de confabularse para poner dos almas en el mismo camino? ¿Qué condiciones médicas, qué clima, qué palabras, hacen falta para que de esas dos vidas surja otra?
Jamás nos detenemos a pensarlo, cuando nos ponemos una diadema llamativa ante el espejo, cuando tomamos el autobús de siempre, cuando abrimos un libro en una sala de espera... cuando vivimos, no nos lo preguntamos, ¿qué pequeño detalle nos pondrá en el camino de la muerte y acabará con este trozo de universo que surgió por infinitas decisiones pequeñas tomadas alguna vez por nuestros padres?
Empezamos y acabamos de la misma manera: por lo insignificante, y por lo inmenso.
Uf! Me dejaste pensando y con la cabeza dando vueltas
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