Por MamáOso desde Chile
Esta entrada la escribo después de pasar una semana lejos de mi marido. Estuve en el sur, con mis suegros, disfrutando de un aire más limpio y puro, además del ambiente cálido que ofrece. C se volvía loco con los perros, los árboles. Pero hay una cosa que me deja los pelos de punta: los “consejos” para una madre primeriza.
Esta entrada la escribo después de pasar una semana lejos de mi marido. Estuve en el sur, con mis suegros, disfrutando de un aire más limpio y puro, además del ambiente cálido que ofrece. C se volvía loco con los perros, los árboles. Pero hay una cosa que me deja los pelos de punta: los “consejos” para una madre primeriza.
Entiendo
totalmente que la gente me vea con cara de angustia, mientras C llora sin
parar. Yo trato de ponerle el chupete antes del vuelo a Concepción, él se
resiste y llora. No fue TANTO tampoco, pero fue suficiente para que el señor
que se sentaba a nuestra derecha nos ofreciera Coca-Cola. ¡COCA-COLA! Esa
bebida asquerosa de color café, llena de azúcar y de cafeína, además de no sé cuántas
cosas más. ¿Y saben para qué me la ofrecía? Para untar el chupete de C. ¡EL
CHUPETE METIDO EN COCA-COLA! En mi mente casi lo asesino, pero mi ser exterior
solamente sonríe y le dice: “No, muchas gracias, estamos bien así”.
Sin
embargo, he aprendido a no enojarme exteriormente con esa gente. Yo sé que
tienen un interés por ayudar. Lo encuentro genial, muy amorosos. Asique ahora
sólo sonrío y digo: “¡Gracias, lo vamos a pensar!”.
Siempre me he percatado de que ellos
tienen experiencia, yo no. Han tenido miles de hijos, yo tengo uno.
Pero si les contara la cantidad de consejos insólitos que he escuchado, se
quedarían como yo: ¡PLOP!
“No
lo tomes tanto en brazos, se va a mal acostumbrar”.
“Déjalo
que llore, tiene que desarrollar sus pulmones”.
“Dale
leche cada cuatro horas, tienes que armarle un horario, eso de libre demanda es
bullshit”.
“Déjalo
llorar en la noche, no lo atiendas, o sino se acostumbra que cada vez que
llore viene mamá y logra su objetivo”.
Objetivo.
¡OBJETIVO! Hasta cuándo la gente piensa que los bebés molestan, que vienen a
manipularnos, que si no les pones reglas firmes van a ser tiranos. Uy, que me
enoja este tema. Escuché una conversación que se mantuvo con mi hijo: “¿Por qué
te portaste mal anoche? ¿Por qué molestaste tanto a mamá?”. Casi muero. ¡Cómo va
a molestarme mi propio hijo! Yo decidí tenerlo, firmé un contrato con esto,
estoy sumergida por completo en la maternidad. ¿Y saben qué? Estoy feliz. Ese tipo de
manipulación psicológica es fea y no debería aceptarse en ningún caso.
Imagínense que mi marido me diga: “¿Por qué te portaste mal anoche llorando?
¿Por qué me molestaste tanto?”. A los niños se les deben aplicar los mismos criterios que a los
adultos. Ellos no molestan, son una bendición, bien intensa, en nuestras vidas. Hay que tratarlos con el mismo cariño y amor que a un adulto.
Hace
dos semanas fuimos a la playa con mis padres. Salimos a comer en la noche. A C
le di su comida, y en un momento estuvo sentado en la silla de guaguas. Le
pasamos una cuchara y él, todo feliz, la movía para todos lados hasta que se
pegó. Lloró. Me levanté para ir a calmarlo y ¿saben lo que escuché?: Déjalo,
MamáOso, tiene que hacerse hombrecito, no puede ser tan mamón. En ese entonces
sonreí y fui a buscar a mi hijo. Se calmó inmediatamente en mis brazos. Y lo
devolví a la sillita, en la cuál siguió jugando feliz. Mi hijo no es “mamón”
por necesitar a su madre cuando se estresa. Eso es apego seguro, que me busque
y logre calmarse. Jamás tildo a niños así, y encuentro que esta sociedad
machista mira en menos a los hombres que lloran y que expresan sus emociones.
Como
dije antes, yo entiendo que la gente quiera ayudar, entiendo que me vean
cansada, con ojeras, con poca energía, que buscan formas para que me sienta
mejor. Pero quiero dejar claro que mi vida no gira en torno a “mí” en estos
momentos. Estoy invirtiendo emocionalmente en mi hijo y estoy segura que vale
la pena a largo plazo. Me considero una madre dedicada, que está ahí cuando C
me necesita. Le doy todo el amor del mundo.
Adivinen, él es una guagua feliz, exploradora, curiosa, eso para mí, basta. Creo que
algo debo estar haciendo bien, ¿o no?
Excelente publicacion! Opino igual que tu solo que lamentablemente nuestros padres no tuvieron tanta informacion esencial como ahora nosotros la tenemos gracias al internet, pero mientras tu estes contenta de la forma en la que crias a tus hijos el mundo que vuele, solo trata de hablar la situacion con tu familia y explicales que no te sientes comoda cuando hacen ciertos comentarios frente a tu hijo. Muchos saludos, Dios te bendiga.
ResponderEliminarFaty
Yo creo que loa adultos más mayores que nosotros no tienen la mala intención de aconsejarnos. En efecto, tuvieron pautas de crianza distintas a las nuestras y seguramente hicieron lo que mejor pudieron con las herramientas que tenían en el minuto.
ResponderEliminarMe cuesta culpar a las personas cuando sé de su ignoracia. No soy madre, pero soy profe, y también soy hija y tía y muchas eces se me culpa de ser poco asertiva aludiendo a mi inminente soltería sin hijos. Creo que los roles, la teoría y la vida misma me hacen fallar o acertar en ciertas ocasiones, frente a mi familia, mis amigos, mis apoderados y mi familia.
Creo que más allá de culparlos a ellos por como te dicen las cosas, quizás deberías trabajar tú en cómo tomas eso que te dicen, quizás de ese modo no te afecten tanto. Es difícil controlar el exterior. No depende de ti.
Un beso y mucha suerte!