Para resumirles, mi solución fue dejar mi trabajo y convertirme en una mamá en casa/stay at home mom. ¡Y no me arrepiento!; ha sido una bendición poder estar junto a mi hijo durante su primer año de vida.

Pero como mujer moderna, llegó el momento en que necesité continuar creciendo profesionalmente. Busqué algo flexible, a tiempo parcial; y lo logré.


La necesidad nos llevó al sufrimiento
En ese momento, tuvimos la urgente necesidad de matricular a nuestro hijo en una sala de cuna, al menos en un horario matutino, para que se fuera "acostumbrando". Buscamos una sala de cuna que nos gustara a ambos y comenzamos a llevarlo. Sufrí yo. Sufrió él.

Esa sala de cuna tenía la opción de que los padres pudiésemos ver el ambiente en directo por cámara web. Diariamente, veía a mi pobre gordo llorar sin parar, pidiendo que su mamá lo buscara y lo cargara entre sus brazos. Al buscarlo, nos aferrábamos el uno al otro y nos íbamos pensando que mañana teníamos que regresar. Así estuvimos durante una semana.

¿Qué me molestó de la sala de cuna?

• Desde el primer día, lo tildaron de "regalón fundido" (engreído). Mi marido cometió el error de decirle a la parvularia que el bebé se quedaba dormido en mi pechuga. Y por eso, ¡casi me asesinan!
• Me quedaba el tiempo que pudiera, hasta que observar que mi hijo estaba tranquilo y contento, pero ellas querían que yo me fuera inmediatamente lo llevaba.
• Le ponían el chupete la mayor parte del día. Mi bebé decía algo e inmediatamente le plantaban el chupete en la boca. 

Las salas de cunas fomentan la "independencia" de los niños; pero lamentablemente, los niños no logran ser independientes hasta cumplir los dos años. Antes de eso, viven un estado de fusión con su madre. La independencia se va dando a medida que el niño se da cuenta de que puede hacer algunas cosas solito(a).



También se fomenta la "socialización" entre los niños. Aun no entiendo cómo es esto posible, pues los niños no tienen lenguaje claro hasta el año y medio o los dos años. Ellos no son capaces de entablar una amistad ni de mantenerla. No pueden conversar con los niños que están a su alrededor. Para ellos, sus necesidades son primero y necesitan que un adulto se las brinde.

El llanto desgarrador de los bebés
En mi corta primera experiencia con salas de cuna, vi muchos bebés de seis meses, llorar "mares" porque extrañaban a su mamá; pero al dia siguiente, estaban bien. Según las párvulas, se habían "acostumbrado", pero yo creo que a lo que hicieron fue resignarse, pues sabían que su mamá no iba a regresar. Eso me partía el alma.

Yo entiendo que hay muchas mujeres que no tienen otra opción. Si es tu caso, te recomiendo buscar una sala de cuna que te brinde total confianza, donde traten bien a tu niño(a) y crean en el apego. Observa cómo ellos perciben la adaptación o si rápido te llaman por teléfono porque el niño(a) llora mucho.

Recuerda que estás dejando a tu tesoro en manos de alguien que no conoces. Debes sentirte tranquila, por el bien tuyo y el de tus hijos.

¿Cuál ha sido tu experiencia con salas de cuna?