Por Pameliry desde Chile
Pero cuando te encuentras haciendo todo lo posible por avanzar, siempre hay situaciones o personas que te hacen frenar, más de lo necesario. Siempre están los que nunca quieren que tú logres lo que anhelas, los que te hacen detenerte y no te dejan avanzar y los que están rogando porque en algún momento caigas y dejes el camino libre para ellos. Esas personas que piensan que eres su amenaza total por el simple hecho de que tu muestras un mejor trabajo de lo que ellos son capaces de realizar. Y hay algunos que son más terribles, que son aquellos que se cuelgan de tus ansias de trabajar y seguir avanzando para ellos brillar con tu luz, porque tú tienes el talento y la creatividad para hacer algo que ellos ni en sus sueños son capaces.
Como experiencia personal, haber trabajado para una persona que no tenía un objetivo claro con su trabajo y que daba la sensación que tenía más en mente tener dinero en las manos que mejorar y dar potencia a su trabajo, fue una experiencia de la que, hoy tengo que decir, he aprendido mucho sobre varias cosas.
Una de las cosas más importantes es que aprendí el valor de lo que somos. Aprendí que todos tenemos un talento que podemos potenciar y que a veces, en la persona que menos esperamos una decepción, la podemos tener. Aprendí que no tener un objetivo claro en lo que estás haciendo hace que te preocupes de cosas menos importantes (como trabajar solamente para llenarte los bolsillos por sobre tener un buen espacio para trabajar), y que cuando estás remando para diferentes lados es mejor dejar donde tu trabajo y buscar un nuevo rumbo.
La pasión por un trabajo a veces hace que te mantengas más tiempo que el debido en ese lugar donde no te valoran como se debe, pero a veces tenemos que dejarnos llevar más por lo que queremos lograr con nuestro trabajo y nuestro esfuerzo, y no solamente por el miedo de abandonar un espacio porque nos atan lazos importantes, como la gente con la que trabajamos o porque pensamos que solos no podremos salir adelante y tener el mismo éxito. ¡¡¡PERO OJO!!! Ese éxito que estás teniendo en un trabajo donde solamente están usando tus capacidades con el nombre de otro, es compartido y a veces hasta arrebatado.
Lo que sí me quedó claro es que cuando algo realmente te apasiona, las cosas triviales, como el dinero, pasan a ser un adorno de todas las satisfacciones que te puede dar lo que haces y lo que quieres realizar. Por eso, aunque no haya sido una buena experiencia el último tiempo que hice ese trabajo, debo decir que aprendí el valor de lo soy... ¡el valor de lo que somos!
Tener pasión por algo es un sentimiento dificil de explicar. A decir verdad, no podría describir la pasión que tengo por la enseñanza y más aún por la danza. Es una cosa tremendamente hermosa, cada vez que estoy en un escenario o aprendiendo nuevos pasos... es realmente hermoso.
Y es en este rubro donde he aprendido algo súper importante. A veces no importa cuanta pasión tengamos por algo, por lo que hacemos o lo que queremos hacer, ser pasado a llevar y tener que escuchar siempre todo lo que te han entregado y que las oportunidades que has tenido han sido solamente porque te decidieron dar una mano, es algo que realmente no debería pasar. Es cierto que tener la pasión por algo que nos gusta nos puede ayudar de muchas formas: a conocernos, a saber lo que queremos, lo que somos y hasta que tanto somos capaces de dar (y por qué no decirlo, de dejar) para llegar a nuestros objetivos.
Pero cuando te encuentras haciendo todo lo posible por avanzar, siempre hay situaciones o personas que te hacen frenar, más de lo necesario. Siempre están los que nunca quieren que tú logres lo que anhelas, los que te hacen detenerte y no te dejan avanzar y los que están rogando porque en algún momento caigas y dejes el camino libre para ellos. Esas personas que piensan que eres su amenaza total por el simple hecho de que tu muestras un mejor trabajo de lo que ellos son capaces de realizar. Y hay algunos que son más terribles, que son aquellos que se cuelgan de tus ansias de trabajar y seguir avanzando para ellos brillar con tu luz, porque tú tienes el talento y la creatividad para hacer algo que ellos ni en sus sueños son capaces.
Como experiencia personal, haber trabajado para una persona que no tenía un objetivo claro con su trabajo y que daba la sensación que tenía más en mente tener dinero en las manos que mejorar y dar potencia a su trabajo, fue una experiencia de la que, hoy tengo que decir, he aprendido mucho sobre varias cosas.
Una de las cosas más importantes es que aprendí el valor de lo que somos. Aprendí que todos tenemos un talento que podemos potenciar y que a veces, en la persona que menos esperamos una decepción, la podemos tener. Aprendí que no tener un objetivo claro en lo que estás haciendo hace que te preocupes de cosas menos importantes (como trabajar solamente para llenarte los bolsillos por sobre tener un buen espacio para trabajar), y que cuando estás remando para diferentes lados es mejor dejar donde tu trabajo y buscar un nuevo rumbo.
La pasión por un trabajo a veces hace que te mantengas más tiempo que el debido en ese lugar donde no te valoran como se debe, pero a veces tenemos que dejarnos llevar más por lo que queremos lograr con nuestro trabajo y nuestro esfuerzo, y no solamente por el miedo de abandonar un espacio porque nos atan lazos importantes, como la gente con la que trabajamos o porque pensamos que solos no podremos salir adelante y tener el mismo éxito. ¡¡¡PERO OJO!!! Ese éxito que estás teniendo en un trabajo donde solamente están usando tus capacidades con el nombre de otro, es compartido y a veces hasta arrebatado.
Lo que sí me quedó claro es que cuando algo realmente te apasiona, las cosas triviales, como el dinero, pasan a ser un adorno de todas las satisfacciones que te puede dar lo que haces y lo que quieres realizar. Por eso, aunque no haya sido una buena experiencia el último tiempo que hice ese trabajo, debo decir que aprendí el valor de lo soy... ¡el valor de lo que somos!
Creo que topas un tema super fuerte y real, me alegra que lo hablaras así, tan cierto que a veces la pasión por algo te ciega, pero hay que pensar en cuanto valemos y ver si estamos siendo así de valoradas, por mucho que ames lo que haces. :) buena entrada
ResponderEliminarSiii me ha gustado mucho todo, resaltaste una realidad, algo que pasa todos los días en todo el mundo. Tienes mucha razón en decir que la gente lo hace solo por tener un espacio donde trabajar y no se dan cuenta que no los valoran y lo peor no se valorar. Este ultimo es un término que se lo confunde con dinero, pero va más allá de eso. Tiene que ver mucho con la satisfacción personal.
ResponderEliminarBuen post!
Saludos!
Dani.