Apoyo la lectura en todas sus expresiones; pero me refiero a ésa, de cosas que te interesen. Esa idea absurda de obligarte a leer cosas que no quieres, sólo provoca más desapego a una práctica que poco se practica. Pero ¿por qué?; es que la lectura complementa infinitamente al ser humano, no sólo por la riqueza intelectual de los escritos que se pueden encontrar, sino también por la audacia del lenguaje y el enorme e inesperado mundo imaginativo. 

Cuando un libro se convierte en largometraje, ¿fue todo en vano? Yo creo que no. La magia no se pierde, porque eso lo vive cada lector que realiza el ejercicio de conectarse con la historia frente a frente. Y es esa gran oportunidad, que creo deberíamos experimentar antes de verla en una pantalla.

Es que, entre tu libro y tú, se genera una relación de complicidad que no define parámetros ni reglas. Son tus sueños y aspiraciones de cómo, a tus ojos, se ve la historia. Esos colores, olores y lugares, serán siempre diferentes para cada ser humano.

Peor, ¿quieres saber cómo se siente?; les propongo hacer el ejercicio. Tomen un libro, gocen, sueñen e imaginen sin límites, y luego vean la película basado en él; pero no se desilusionen porque esas imágenes quizás no sean como las imaginaste. Piensa que, simplemente, es la materialización del sueño de alguien más; pero al menos, tú ya tuviste tiempo de crear tu propio mundo de fantasía, gracias a la lectura.