Por La Pelu desde Chile
Un día común y silvestre, estaba conversando con una amiga sobre los "enchulamientos" que una puede hacerse en su vagina, la operación de labios y rejuvenecimiento era lo más común. Obvio que yo estaba de acuerdo con esas intervenciones, antes muerta que andar "gualetiando" por ahí. Quizás deje pasar una arruga en mi cara, pero jamás haría caso omiso a las "charchas" de mi vagina. ¡Jamás! Ese es el centro del placer sexual por excelencia, aunque existen otros que ceden menos, pero digamos que nuestra vagina es como la nave nodriza del sexo y, por ende, siempre debe estar disponible para recibir ese placer como Dios manda. No solo para ellos, para nosotras también.
Luego esta conversación pasó al sexo opuesto. Ahí debo reconocer que me sentí una inocente criatura. Más que nada porque prefiero bloquear esa información de mi cabeza antes de aceptarla. No concibo y no lo haré jamás que un hombre ande pateando las bolas porque le cuelgan más de lo normal.
Sé que la vejez mucha veces nos invita a lucir algo indignos si no nos preocupamos de mantenernos saludables, ahí entran esas panzas descomunales que sirven de bandeja para apoyar el plato, el tener alma de cacharro y andar soltando gases, esa "wea" extraña que tienen los pelos de la nariz y las orejas de comenzar a crecer como si fueran maleza (esto último la verdad no lo acepto mucho). Pero jamás aceptaré que mi macho ande por la vida arrastrando los huevos. Eso sí es algo que te mata las pasiones de inmediato. Ver semejante espectáculo me imagino que debe ser como ir cruzando la calle y que te atropelle un camión, te vas a negro en dos segundos y nunca más supiste de tu existencia. Las bolas deben quedarse donde estaban cuando llegaron al mundo, bien pegadas al pene. No que parezcan bolsas con un limón colgando en el extremo, no sé si me causa rabia o tristeza al imaginarme esa escena.
George Clooney lo sabe bien y, como macho rico que es, debo decirles que se levantó las pelotas y hasta se bromea con que se las planchó. La verdad, este hombre sabe. Porque me imagino que además de poco atractivo “las weas” deben molestar si van alcanzando las rodillas.
¡No hombres, las bolas no son para que anden asomándose! Son para masajearlas cuando están redonditas como naranjas; para moverlas rítmicamente con la mano para relajarse viendo tele; para mordisquearlas, darles besos y luego pasarse al otro amigote… no para darles besos y pasarte a mordisquear las rodillas…
George Clooney lo sabe bien y, como macho rico que es, debo decirles que se levantó las pelotas y hasta se bromea con que se las planchó. La verdad, este hombre sabe. Porque me imagino que además de poco atractivo “las weas” deben molestar si van alcanzando las rodillas.
¡No hombres, las bolas no son para que anden asomándose! Son para masajearlas cuando están redonditas como naranjas; para moverlas rítmicamente con la mano para relajarse viendo tele; para mordisquearlas, darles besos y luego pasarse al otro amigote… no para darles besos y pasarte a mordisquear las rodillas…
¡Noooooooooooooooooo! Demasiado plástica la alusión a las pelotas de Clooney hasta las rodillas...
ResponderEliminarMe da la risa este asunto del lifting de bolas.
Jaja me he reido mucho con tu post.
ResponderEliminarwww.vivelamodaloca.es