Por Rosario desde México
Toda mujer desde que es una niña sueña con palacios, torres, vestidos de princesa. Sirvientes que la complazcan en todo y, por su puesto, el apuesto príncipe azul que las rescata de la monotonía del palacio, de la malvada madrastra, las feas hermanastras o, en el peor de los casos, de un matrimonio arreglado.
Cuando algunas niñas crecen y se convierten jovencitas rebeldes, tímidas o coquetas, creen que la literatura infantil es solo una fábrica de fantasías para elevar el ánimo, reír un poco y dejar los cuentos botados por ahí como un recuerdo de que alguna vez fueron inocentes.
Sin embargo, existen otras niñas, al igual que yo, que decidieron nunca soltar los cuentos y conforme pasaron los años, estos se trasformaron en novelas rosas y feministas al más puro estilo de "Lo que el viento se llevó", "Orgullo y Prejuicio", "Los puentes de Madison" y "Cumbres Borrascosas".
Esas niñas, las típicas nenas de casa, las que no rompen un plato, las estudiosas y de buenas calificaciones, las favoritas de los maestros y de las personas por ser bien educadas, las que siempre siguen las reglas por el miedo al que dirán o a la autoridad, las que no dicen malas palabras o nunca usaron mini faldas; son la típica clase de chica que está etiquetada por los hombres como "la buena onda", "la nerd" y (la peor de todas) "la que siempre será la mejor amiga".
Nosotras, las niñas incomprendidas por el mundo porque siempre pensamos en los cuentos rosas, nos pasamos la vida esperando al indicado o al que tenga mejor facha de príncipe azul. Cada vez que intentamos cruzar la delgada línea de la amistad, el trazo se estira y estira porque nuestras "buenas conductas de princesa" nos impiden hacer más allá de lo que siempre se nos dice.
Cada hombre apuesto que conocemos (o que creemos conocer) nos aleja, nos coloca en la lista de las solteronas y nos quita las esperanzas de seguir creyendo, no solo en los cuentos rosas, sino en nosotras mismas. La vida pasa, día tras día, y mientras nosotras suspiramos por el que creemos es nuestro príncipe azul (solo que este no se ha dado cuenta), el chico muere por un cuerpo bonito que pasa por el pasillo de la escuela.
Con el tiempo y con las malas experiencias de la vida, aprendí que de nada me servía ser esa clase de niña buena, a la que todos le hablan para obtener los apuntes de la clase o solo consideraban como amiga. Asimilé que ese tipo de amor no correspondido, en donde la única relación que existía era: Yo + mis fantasías amorosas + mis acosos de niña psicótica y enamorada = solita siempre te quedas.
Así que ahora recomiendo a esas "niñas buenas" que sigamos leyendo esos cuentos infantiles y novelas rosas, pero ya no con la esperanza de hallar al príncipe azul que cabalga en su blanco corcel, sino como un estímulo para decirnos a nosotras mismas que somos unas princesas. Merecemos mucho más que la simple espera.
Querida princesa, se lee tristeza en tus palabras... ¡Te contaré algunos secretos!
ResponderEliminarTodos los hombres se fijan en el físico, TODOS, lo visual es lo que activa sus cerebros, pero por suerte no es el físico lo que hace que se enamoren de ti, eso a lo que te lleva es a echar un polvo (o varios a lo sumo).
Ser tú misma es lo más sexy del mundo, no pretendas aparentar otra cosa, no sirve de nada...
Llenar tu mente con fantasías de un amor platónico y ensalzar al ser amado solo sirve para crear buena literatura, el amor, una vez correspondido, deja de tener el halo de grandeza del amor platónico. Lo más seguro es que si hubieses tenido una relación con alguno de esos hombres a los que has veías como príncipes, hoy los verías como cerdos.
Así que no renuncies a tu forma de ser y no te quedes con las apariencias, un verdadero príncipe es mucho más que meras apariencias...
De acuerdo!!!!
EliminarLinda, quieres un principe azul? AHORCALO QUE SE VOLVERA AZUL EN SEGUNDOS! =)
yo prefiero a mi VILLANO FAVORITO que es malulo y principe a la vez =D jajajaj
Me encanto tu entrada, creo que la conclusión final esta perfecta!! Si sueñas con ser princesa hay que comportarse como tal, pero esa princesa que no se rendirá frente a nada y nadie, la heroína de tu propia historia donde el otro macho es quién se derrita por ti. Vamos que tu puedes!! basta de ser tan buena!! un poco de maldad no hace daño :)
ResponderEliminarCreo que hay que llegar un punto medio. En lo personal, aun espero y sueño con que llegue el principe azul sobre su corcel blanco, pero mientras llega, porque como viene a caballo se demora montones, entonces me diviertocon el lobo feroz, el cazador, el ogro, los tres cerditos, pinocho... pero sigo esperando.
ResponderEliminarPrincesa, solo debes seguir tu corazón, ser princesa o villana, esperar o tomar tu misma la espada. Tu corazón es el único que sabe que rol harás en este cuento. Besitos