¿Convivencia con amigas post ruptura? Muchas veces nos pasa que luego de convivir en pareja y separarnos, nos vemos en la disyuntiva de si volver o no a vivir con nuestros padres, sobre todo, esto pasa cuando aún somos jóvenes y no tenemos la solvencia necesaria a nivel económico para poder tomar la decisión de vivir solas.
Pero, ¿es recomendable ir a vivir con amigas tras una ruptura?
Hace ya unos años, estando mas cerca de los 20 que de los 30, luego de romper con mi pareja, decidí que no quería perder mi independencia ganada y, movida sobre todo por factores económicos, decidí ir a vivir con una amiga.
Yo había vivido fuera de casa de mis padres ya en dos oportunidades, una con otra amiga y la segunda en pareja. Por ende la independencia, era algo bastante conocido para mi. La experiencia fue fatídica. Mi roomatte jamás había vivido sola. Aquello se torno casi como que ser la madre de una adolescente que no quería mas que salir con su novio, dormir, estudiar y nada mas. Esto es, me convertí en la mucama (criada) que limpió, ordenó y arregló las cosas cuando se averiaron.
Una vez adquirí solvencia di esta situación por terminada y, al poco, empecé una relación. Desde hace un tiempo veo estas situaciones por doquier.
Hace ya más de un año que dos amigas decidieron ir a vivir juntas. Emilia de 32 y Gabriela de 23. La primera, viene de una ruptura muy dañina, fueron diez años de pareja y, por motivos múltiples, decidió seguir viviendo con amigas. Ahora vive con Gabriela, vemos como en realidad la negación de su situación es la que la lleva a Emi a realizar una multiplicidad de actos que, además de ser dañinos para ella lo son para con su compañera de apartamento.
Vivir con amigas no es simple, pero si a eso le sumamos una crisis, tan grande como un ruptura, puede ser fatídico. Una cosa es que ellas nos acompañen de juerga o, nos sostengan la cabeza cuando devolvemos el alcohol de más ingerido en un boliche, pero someter una amistar a la presión cotidiana de una crisis, y peor, no hacer nada por solucionar el impasse, es reiterar en provocar contextos en los que el único resumen que puede hacerse, es la necesidad de vernos como víctimas en una situación en la cual simplemente somos el 50% del cuento.
Claramente, esto no aplica a todo mundo, sin dudas, la situación de Emilia es más que exagerada, no porque no sea cierta, porque tristemente lo es, sino porque es una crisis, muy profunda, pero no debemos perder de vista que, al igual que una pareja, la convivencia desgasta, también las amistades.
Si te acabas de separar y no tienes de otra que ir a vivir con amigas, no dejes de tener presente estos tips.
Tu amiga NO es tu pareja: Parece obvio, pero olvides que ella tiene su vida. Si tu te sientes sola un sábado por la noche y ella tiene planes, déjala. Aprender a pasar un sábado sola, en tu casa, junto a una serie y chocolate, no es el fin del mundo.
La crisis es TUYA no de tu amiga: La vida para los demás sigue. Si un día, estas tan deprimida que no puedes ni mover un dedo, evalúa que le estás recargando a tu amiga, no es justo que cargue con más de lo que debe porque tu estás mal.
Amigas si, POSESIVAS no: Está bien apoyarte en una o más amigas cuando estás soltera o recién terminada una relación, pero lo que no puedes, es pretender ser el eje de sus vidas, ni que vivan pendientes de ti.
Amigas solo para las malas: Si eres de las mujeres que cuando se ponen en pareja dejan de ver a sus amigas, analiza ahora qué es lo que dejas. Si tienes la suerte que más allá de esas actitudes, tus amigas aún están para ti, valóralo. Hazles saber lo importante que es eso para ti. Y actúa en consecuencia cuando aparezca un galán.
En suma, es necesaria la cabeza fría y el corazón caliente para poder sostener una convivencia con amigas después de una ruptura.
¡Pero seguro tú puedes hacerlo!
¿Alguna vez les pasó?
Atte Ailén Rodríguez desde Uruguay.
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