Por Tania Yesivell desde Honduras
¿Alguien quiere una historia macabra, antes de que acabe octubre? Podría contarles varias. La mayor parte de ellas, las habrán oído ya, quizá dando un nombre diferente a la entidad maligna que hace de protagonista. No se engañen, el verdadero terror está en el noticiero y en las conversaciones con nuestros mayores. A los niños pequeños los espantan sus hermanos adolescentes. A los adolescentes, intentan espantarlos sus padres. A los adultos, los aterra darse cuenta de que sus propios padres han tenido razón todo este tiempo. Y a los viejecitos les espantan los fantasmas de esos que dieron el gran paso antes que ellos.
Pero como la verdad y la superstición han sido repetidas hasta el cansancio, mejor voy a recomendarles un libro que leí hace poco en un nuevo club de lectura conjunta. No es el mejor en su tipo (ni he leído tantos, ni existe tal cosa como "el mejor"), pero cubre lo básico. Un estremecimiento. Una entidad maligna. Un puñado de víctimas que se niegan a admitir que están completamente indefensas a merced de un pasado que (contra toda lógica) ni siquiera recuerdan.
Todo comienza con un hombre común y corriente que despierta encadenado y encerrado. ¿Suena familiar? A mí me sonó a historia demasiadas veces contada. Aún cuando aparecieron sus compañeros de encierro. Pero, claro, ya nada es nuevo. Lo importante son los detalles. Si puedes trabajar bien los detalles, no importa que solo nos estés contando otra historia de secuestro y tortura en un lugar oscuro. Así que seguí leyendo.
Como todo, esa lectura me hizo pasar malos ratos, pero también tiene sus puntos interesantes; en lo personal, me parece que no maneja nada mal el aspecto no-del-todo-natural de la historia. La cuestión es que los gustos son distintos entre una persona y otra, así que la crudeza con que enfoca la violencia, que a mi me pareció un pésimo enfoque, podría parecer honesta a otros lectores. Quizá ese final que a mí me pareció tan correcto, otros lo encuentren desagradable. No voy a entrar en detalles sobre las explicaciones a las preguntas complicadas del libro y, mucho menos, sobre el final.
Tampoco sé decir si la forma en que encasilla a los personajes basándose en su raza, clase y religión, es una crítica a la sociedad, una equivocación del autor o solo figuraciones mías.
Lo que sí les puedo asegurar es que tiene mucha violencia y una historia muy fuerte en el fondo, distribuida entre recuerdos de los personajes y frases de rencor.
Dudo que los elementos sean más nuevos que las guerras y los otros horrores a los que solo cambiamos el nombre al pasar los años; pero, Marcos Llemes los manejó más o menos bien para contar una historia que merece una oportunidad.
Eso sí, no se lo pasen a su hijo, hermano o amigo adolescente o impresionable. Aunque, pensándolo bien, si ya ha visto las noticias o lo que pasan últimamente en canal Warner...
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Hola Tania !!
ResponderEliminarMuchas gracias por participar de la lectura!
Pues es un genero ya difícil de explotar, se utilizan todos los recursos posibles para lograr estremecer al lector, a veces lo cumple otras no. En mi caso me gusto, fue fuerte y logro atraparme.
Besos.