"¿Estás prestando atención?" Con esta frase comienza El Código Enigma (The Imitation Game), filme basado en la historia real del matemático británico Alan Turing (Benedict Cumberbatch) y su lucha contra el tiempo por construir una máquina capaz de descifrar los códigos creados por "Enigma", el mecanismo de cifrado rotatorio usado por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial para intercambiar mensajes secretos que, hasta ese entonces, se consideraban indescifrables. Dirigida por el noruego Morten Tyldum, esta película es el trágico retrato de un hombre cuya mente brillante no solo salvó a millones de personas de la invasión nazi, sino que abrió la puerta a algunos de los avances tecnológicos más importantes de nuestra era, manteniéndose al margen de una sociedad que aún no estaba preparada para él y que acabó por destruirlo.
La compleja psicología de Turing es representada a la perfección por Cumberbatch, quien imprime de matices a un personaje cuya superficie no es más que la de un genio arrogante adicto a los rompecabezas, una máquina viviente contratada por el ejército británico para resolver el enigma más difícil de todos. Apoyado por la indispensable y vivaz Joan Clarke (Keira Knightley), Turing lentamente consigue adaptarse a sus colegas y aprende a trabajar en equipo, hecho que permite que el proyecto continúe incluso cuando la inversión no parece dar resultado alguno. La batalla contra el reloj, exacerbada por las constantes presiones y amenazas del Comandante Denniston (Charles Dance), da a "El Código Enigma" un excitante tono de filme de acción, aun cuando toda la acción se lleva a cabo al interior de la cabeza de Turing, las sutilezas en la interpretación de Cumberbatch entregan profundidad y, en ocasiones, momentos de ligereza y humor, a la lucha interna de un hombre obligado a ocultar su verdadera identidad ante una nación que, hasta 13 años después de su muerte, aún criminalizaba su orientación sexual.
Sin
embargo, contrario a lo que pudo sugerir su invitación inicial, "El Código
Enigma" requiere que el espectador no preste demasiada atención a los detalles
históricos del filme y que, en su lugar, se entregue por completo al viaje
emocional que el guionista Graham Moore construyó a partir del libro escrito
por Andrew Hodges. La genialidad de esta película no se encuentra en sus precisiones históricas, sino en la sencillez de su estructura
narrativa y en las extraordinarias actuaciones de Cumberbatch y Knightley.
Agradecemos
a Cinemark por la invitación a disfrutar
de esta película, nominada a 8 premios Oscar, en sus salas del Portal Ñuñoa.
Me tinca ene la película!!! A ver si me doy una vueltecita al cine y te cuento mi parecer...
ResponderEliminarBienvenida a Be Bloggera!!!
Se ve interesante, tengo tantas películas por ver :)
ResponderEliminartremenda reseña