El comportamiento sexual
de nuestra sociedad cada vez es más insano, los bombardeos de brutales imágenes
pornográficas a través de Internet, están deformando los gustos de un
preocupante número de personas. Cuanto más porno se consume, menos se folla y más
difícil se hace gozar. Tanta pornografía de mal gusto, transforma a sus
consumidores en zombis desmotivados incapaces de disfrutar de una sana
sexualidad. ¿Os habéis planteado cuáles son las consecuencias de semejante hipersexualización?
Cuando todo es más de lo mismo, el ser humano pierde interés y por eso, la industria pornográfica no para de ir más allá, constantemente se embrutece para lograr un mayor impacto. La imaginería sexual del siglo XXI ha convertido a la mujer en un mero bulto al que someter a todo tipo de humillaciones: Corridas colectivas en toda la cara; sadismo desmedido; mamadas extremas en las que si la chica no se la traga la polla entera llegando casi a vomitar, como que no hay morbo; violaciones anales; castigos sexuales...
Un estudio reciente del Instituto Max Planck, alerta sobre las consecuencias del consumo excesivo de pornografía; además de provocar la pérdida de materia gris, resulta que cuanto más porno se ve, más se achica y se atrofia el núcleo estriado, la zona del cerebro responsable de producir sentimientos de placer. Considerando el alto porcentaje de adultos enganchados al género, mucho me temo que estamos rodeadas por un ejército de gilipollas salidos y descerebrados incapaces de dar y recibir placer, gorilas "enviagrados" a los que les es imposible establecer una verdadera conexión íntima. Si sois como yo y lo que os pone es el sexo cargado de amor, debéis saber que el panorama se nos presenta muy desalentador; la suerte está del lado de las pocas chicas a las que les excita ser tratadas como una mierda.
Pero lo más grave de todo esto no es el daño
que la industria pornográfica está causando en los adultos, lo verdaderamente atroz es lo que Internet está provocando en los más pequeños. ¿Sabéis cuáles son
las dos palabras más buscadas en Google por niños a partir de los ocho años?
Sexo y porno, todos sabemos muy bien el tipo de resultados que esas búsquedas arrojan. Según el neurobiólogo James McGaugh, debido a la adrenalina, a
esas edades las imágenes se fijan de forma imborrable, condicionando
irreversiblemente el futuro sexual de las criaturas. Crecer con estereotipos tan brutales está causando auténticos estragos; el 20 % de los niños del planeta sufren abusos sexuales y el 30 % de sus agresores ¡son otros niños! No puedo evitar preguntarme, ¿a cuántos
de estos pequeños cabrones regalaron sus padres una tablet o un smartphone?
En mi opinión, creo que la sociedad está siendo manipulada y el sexo, profanado. Encima, la mayoría de las páginas de pornografía gratuita que inundan la red, son tapaderas para blanquear dinero que proviene de la trata de mujeres; quienes ven esos vídeos, ayudan a criminales y legitiman la misoginia.
¿Qué pensáis sobre este tema?
¿Están creando un ejército mundial de "pornotarados"?
¿Cómo coño podemos defendernos de ellos?
A placer
ResponderEliminarNuestras parejas, al igual que nosotros mismos, debemos pensar algo más que en sexo, disfrutar del sexo. Existen muchas maneras de hacerlo, pero hay una principal que muchas parejas se olvidan y es comunicarse. Si esto se hiciese más el goce se multiplicaría exponencialmente.