Anoche me disponía a ver un nuevo capítulo del programa Vértigo, como fiel televidente, pero dentro del programa algo pasó que por primera vez me indignó e hizo que me viera obligada a cambiar canal por mi propia salud mental. ¿A alguien más le pasó? A continuación les digo por qué.
Soy una seguidora de Vértigo, he visto todos los programas de la nueva temporada, tengo hace tiempo la app en mi tablet y participo también a través de ella, pero anoche cosas pasaron que me hicieron abrir los ojos y darme cuenta de qué no estoy dispuesta a ver en un programa de televisión.
Vértigo es un programa estelar, en donde invitan gente del espectáculo para conversar cosas íntimas y actuales. Bajo el lema "En Vértigo todo puede pasar" van eliminando invitados por popularidad, hasta que quedan dos y se someten a una entrevista en profundidad. La idea es que haya un ganador que se lleva un premio. Además de esto hay un espacio de humor a cargo de Yerko Puchento, personaje del gran Daniel Alcaíno, quien últimamente se ha orientado a criticar la política chilena a través del humor.
¿Qué tan terrible ha pasado en Vértigo? En el programa hubo recambio de coanimadora. Salió Diana Bolocco, quien tuvo que dejar el programa debido a su embarazo, y entró a reemplazarla su hermana Cecilia. Desde su ingreso ha sido blanco de bromas por parte del otro animador, como también por parte de Yerko. Capítulo a capítulo se puede ver un opening que cae en el ataque personal entre ambos conductores, dinámica que ya se ha vuelto una rutina y que probablemente los animadores están obligados a realizar. Posterior a esto, la rutina de Yerko tiende a atacar y mostrar con humor lo mismo. Pero ¿puede en un momento lo chistoso llegar a ser violento y abusivo?
El humor anoche estuvo dirigido a mostrar la vida personal de Cecilia, riéndose de ella, de su vida, de su familia y amigos. Fue un insulto para muchos que esperaban la rutina política de Yerko, quien suele hablar directamente de problemas sociales y encarar irónicamente a los políticos, quienes pueden decidir si apagar la televisión o no. Pero Cecilia Bolocco tuvo que soportar más de 10 minutos de denigración personal, mientras algunos se reían de ella y su familia, sin poder defenderse ni abandonar el lugar. ¿No es eso abuso laboral? Sumado a eso debía soportar todo lo que le decían, sonreír y rendir bien como animadora.
Anoche me dio mucha rabia ver algo así. Si bien quería reírme y disfrutar de un programa, terminé estresada y cambiando el canal. Dejó de causarme simpatía los ataques personales de forma irónica, los cuales de han transformado en reiterados, constantes y por tanto, abusivos. Me pregunto cuánta es la paciencia que pueden tener los conductores para dejarse basurear delante de miles de televidentes y cuáles son los costos emocionales para esas personas, víctimas de abuso público. Anoche yo sentí complicada a Cecilia y fue eso lo que me estresó. Como psicóloga y mujer empaticé con ella y me produjo perturbación lo que estaba sucediendo.
No sé si esto seguirá así, si ella seguirá en el programa, si renunciará o exigirá un cambio, yo sólo sé que me he desilusionado del programa al darle lugar a un tipo de humor que deja de ser divertido y sano, dando espacio para que todos presencien un humor abusivo, violento y denigrante. Si esto no se detiene probablemente deje de ver el programa y decida por otro canal que me de el relajo que busco. Por otro lado, le envío todo el apoyo a Cecilia y le digo que siendo el personaje televisivo que es, no tiene por qué dejarse tratar tan mal en la pantalla. Tiene todo el talento para decidir cómo quiere que la traten y por respeto a los televidentes debería exigir que la traten con respeto.
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