"No tenían muchas cosas en común, sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidían y mucho menos la estatura, casi nunca pensaban igual, tenían ideas muy diferentes, él era dueño de sí mismo aunque inseguro, ella una indecisa"
No puedo creer lo fácil que olvidas, lo fácil que fue para ti sacarme de tu vida; tan sólo una semana había pasado después de haberme dicho palabras tan bonitas, pese a mi escepticismo, parecían reales y sinceras; pero, tristemente, una semana después parecía como si nunca las hubieras dicho, fue como si nada hubiera sido real, como si todo hubiera sido un juego, el juego que ambos iniciamos, pero que con el pasar de los días, creí que que se había transformado en algo serio.
Lo que ahora me pregunto es: ¿por qué tantas promesas?, si ni siquiera estábamos cerca físicamente, ¿por qué decir que ha pesar de la distancia harías lo posible para volvernos a encontrar?, ¿por qué alimentar falsas esperanzas?
Pero así es la vida. Aunque no planeaba interesarme en ti, aunque desde un principio no quise hablarte porque sabía que no eras mi tipo de hombre, aunque no planeaba enamorarme porque algo me decía que este día llegaría y que de un momento a otro todo acabaría, acepto que lo hice y fue bonito, porque fue un amor inocente y. en muchos momentos, dulce.
Enumerar algunas de las razones por las que considero que no eres mi tipo de hombre es una forma de autoconsolarme; entre ellas, razones tanto superficiales como de tu forma de ser:
Párrafo tomado de internet
No puedo creer lo fácil que olvidas, lo fácil que fue para ti sacarme de tu vida; tan sólo una semana había pasado después de haberme dicho palabras tan bonitas, pese a mi escepticismo, parecían reales y sinceras; pero, tristemente, una semana después parecía como si nunca las hubieras dicho, fue como si nada hubiera sido real, como si todo hubiera sido un juego, el juego que ambos iniciamos, pero que con el pasar de los días, creí que que se había transformado en algo serio.
Lo que ahora me pregunto es: ¿por qué tantas promesas?, si ni siquiera estábamos cerca físicamente, ¿por qué decir que ha pesar de la distancia harías lo posible para volvernos a encontrar?, ¿por qué alimentar falsas esperanzas?
Pero así es la vida. Aunque no planeaba interesarme en ti, aunque desde un principio no quise hablarte porque sabía que no eras mi tipo de hombre, aunque no planeaba enamorarme porque algo me decía que este día llegaría y que de un momento a otro todo acabaría, acepto que lo hice y fue bonito, porque fue un amor inocente y. en muchos momentos, dulce.
Enumerar algunas de las razones por las que considero que no eres mi tipo de hombre es una forma de autoconsolarme; entre ellas, razones tanto superficiales como de tu forma de ser:
- Nunca me han gustado los chicos rubios de ojos claros, simplemente no son mi tipo, aunque la mayoría de chicas mueran por ellos.
- Eres machista, eso de que la mujer sea la que tiene que quedarse en casa cocinando y esperando al marido ya está mandado a recoger.
- Eres egoísta, piensas sólo en tu bienestar en muchos casos.
- No tienes proyectos grandes para tu vida, te conformas con lo básico.
- Eres pesimista.
- ¡Fumador! Ahhh.
- No sabes bailar y sabes que amo bailar.
- Rudo aunque cariñoso cuando te lo proponías.
Y entonces, ¿de qué me enamoré? Sería de nuestras largas conversaciones, donde no faltaron los desahogos, las enseñanzas, las bromas y la confianza para decirnos cosas que sólo podemos contar a alguien en quien confiamos plenamente, nuestros juegos en los que sacamos a nuestro niño interno, las ocurrencias que sólo nosotros creamos, las tontas discusiones; o sería porque a pesar de la distancia, compartimos tantos momentos importantes: ese fin de año, nuestras tristezas, alegrías, esa compañía lejana en nuestros viajes, etc., etc. Horas que se iban como segundos, noches que se volvieron amaneceres.
Pero todo tiene su fin y fue así como decidí empezar a alejarme, aunque no pensé que llegaría tan pronto el día en que me dijeras que habías conocido a una chica que podría ser tu novia; eso me dolió, pero me alegré por ti, aunque esperaba que nuestra amistad continuara, esperaba seguir contando con esas conversaciones donde sabía que podía hablar sin tapujos y escuchar tus voces de aliento, mas no todo sucede como lo queremos.
Me queda la satisfacción de que cambié muchas cosas negativas y también de haberte motivado a ser mejor persona. Guardo la esperanza de haber marcado tu vida para bien y, aunque no eres mi tipo de hombre, quiero que sepas que te extrañaré.
- Rudo aunque cariñoso cuando te lo proponías.
Y entonces, ¿de qué me enamoré? Sería de nuestras largas conversaciones, donde no faltaron los desahogos, las enseñanzas, las bromas y la confianza para decirnos cosas que sólo podemos contar a alguien en quien confiamos plenamente, nuestros juegos en los que sacamos a nuestro niño interno, las ocurrencias que sólo nosotros creamos, las tontas discusiones; o sería porque a pesar de la distancia, compartimos tantos momentos importantes: ese fin de año, nuestras tristezas, alegrías, esa compañía lejana en nuestros viajes, etc., etc. Horas que se iban como segundos, noches que se volvieron amaneceres.
Pero todo tiene su fin y fue así como decidí empezar a alejarme, aunque no pensé que llegaría tan pronto el día en que me dijeras que habías conocido a una chica que podría ser tu novia; eso me dolió, pero me alegré por ti, aunque esperaba que nuestra amistad continuara, esperaba seguir contando con esas conversaciones donde sabía que podía hablar sin tapujos y escuchar tus voces de aliento, mas no todo sucede como lo queremos.
Me queda la satisfacción de que cambié muchas cosas negativas y también de haberte motivado a ser mejor persona. Guardo la esperanza de haber marcado tu vida para bien y, aunque no eres mi tipo de hombre, quiero que sepas que te extrañaré.
a todas nos ha pasado.
ResponderEliminarSi, muchas de nosotras nos sentimos identificadas, gracias por comentar :)
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