¡Vuelo gratis a Miami! Así persuaden los
mánager a sus potenciales actrices del porno amateur. Jóvenes de entre 18 y 20
años provenientes de zonas rurales de Estados Unidos cuyo único sueño es huir a
la gran ciudad y convertirse en estrellas, pero que en cambio acaban con
carreras de menos de un año en una industria que las considera mercancía
desechable.
Hot Girls Wanted, documental dirigido por Jill
Bauer y Ronna Gradus, presenta de manera explícita la hipocresía de una
sociedad donde todos ven pornografía pero nadie quiere a una actriz porno
en su familia. El filme contiene conversaciones incómodas entre una madre que
acaba de enterarse que su hija se acuesta con extraños por dinero, y una
adolescente de 19 años que ve en la industria porno una opción rápida para
salir al mundo y alcanzar la fama.
Todas las adolescentes retratadas en este
documental relatan la misma experiencia; relaciones sexuales en la secundaria con
un novio que las abandona luego de conseguir lo que buscaba. “Hoy en día el
sexo no significa nada”, dice una de las protagonistas, frustrada. Si el sexo no tiene significado,
¿cuál es el problema de que te paguen por hacerlo? Al fin y al cabo, 900
dólares por 5 horas de trabajo es mucho mejor que los 8,5 dólares la hora que
obtendrían en un trabajo de sueldo mínimo en sus pueblos natales.
Sin embargo, eventualmente estas chicas se
enfrentan a una triste realidad; que pasados sus primeros tres meses en la
industria, ya nadie quiere contratarlas. Para seguir trabajando, las jóvenes se
ven forzadas a buscar trabajos “especializados”, muchas veces filmaciones que
incluyen felaciones forzadas, sadomasoquismo y violencia verbal. Estas jóvenes
de 19 años, consideradas veteranas en la industria, deben entonces elegir entre
aceptar trabajos denigrantes o intentar reincorporarse a un mundo laboral que
nunca las verá como algo más que una “ex actriz porno”.
La situación para el “talento masculino”, por
otro lado, es completamente distinta. Muchas veces estos hombres son actores
mayores (hasta 50-60 años) que permanecen en la industria por años. Cuando se
trata de porno, es evidente que nadie está mirando al hombre.
Una de las escenas más escalofriantes del
documental es en una filmación de una de las protagonistas, donde el director
de la película porno le dice a la actriz: “tú actúa como que no
quieres que esto pase”. La palabra violación nunca es usada, pero el objetivo de
la instrucción es claro. Hay algo espeluznante en la idea de que existe una
audiencia ansiosa de ver a una joven siendo manipulada y abusada por un hombre. Ellas mismas lo saben: el porno no se trata del placer de
la mujer, en absoluto.
Hot Girls Wanted es moralista y no trata de
ocultarlo. Como obra fílmica no posee mayores sutilezas; en ningún momento intenta
defender a la industria pornográfica o siquiera mostrar otro punto de vista.
¿Pero por qué habría de hacerlo? Sí, es un documental con moraleja altamente
influenciado por los valores de los realizadores. Sin embargo, si tienes una
hija adolescente o planeas tenerla un día, lo más probable es que este sea un
documental que quieras compartir.
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