Cuando no estoy viendo películas, series y bandas para luego
hacerlas bolsa en una crítica, estoy dedicada 100% a mi proyecto que, desde
marzo de este año, comenzó oficialmente a moverse.
Desde que comencé a coleccionar videojuegos de forma más
seria me di cuenta que hay pocos espacios para desarrollar este hobby más allá
de la compra y venta de consolas y juegos viejos. Vi que fuera de internet, no había
ningún lugar en donde encontrar gente con la que conversar de juegos o cursos
que me enseñen más de su historia. Fue así como comencé a dilucidar la idea de
realizar charlas de videojuegos en donde se tocaran distintos temas de interés y
de alto impacto para lo que son los videojuegos en la actualidad, saber por qué lo que jugamos hoy es así y quiénes son responsables de iniciar todo.
Apuesto a que si te pregunto qué es lo primero que se te
viene a la cabeza cuando piensas en videojuegos, es a un niño de 12 años
encerrado en su pieza disparándole a soldados en un juego movedizo y ruidoso
del que poco entiendes. Pero hay mucho más que eso detrás de todo, hay una
industria llena de lecciones, hay diseñadores y desarrolladores que estuvieron
en la cima y ahora se dedican a vender casas, juegos recordados por siempre que
nacieron por accidente y miles de personas de todas las edades con grandes
recuerdos y horas de entretención.
Buscando desmitificar a los videojuegos y sobre todo a las
mujeres que juegan, es que decidí ponerme las pilas con todas estas ideas que tenía
y las puse en marcha. Toqué muchas puertas, miles y aún sigo golpeando, y pocas
son las que se abren. Pero en junio de este año se abrió una y pude comenzar a
realizar mis charlas en un pequeño centro en la comuna de Providencia. Me costó
empezar, tuve que aprender muchas lecciones de la peor manera y de a poco fui saliendo
adelante. De a poco empecé a tener más presencia en medios digitales y físicos con
mis columnas de temas varios y también de videojuegos. Luego vino el canal de
Youtube, que gracias al apoyo de media partners como los chicos de Críticas QLS,
fue creciendo rápida y exponencialmente, al punto de sumar más de dos mil
visitas en dos semanas.
La idea de hacer un crowdfunding siempre estuvo en mi cabeza, pero quise esperar a que Star Road estuviera metiendo un poco más de ruido. Ese
momento llegó de la mano de necesitar expandirnos y de mejorar nuestros
materiales. Imagínense que no tenemos ni siquiera trípode y que grabamos con
una cámara que no soporta micrófono por lo que si hay mucho ruido tenemos que
grabar la voz en un celular para luego sincronizarlo. Yo no soy diseñadora ni
periodista, es más, ni siquiera tengo título universitario, por lo que tuve que aprender sola como editar video, sincronizar audio y llevar las redes
sociales de Star Road Producciones. Es por esto que la meta que nos estamos
proponiendo, aunque pequeña, nos ayudará mucho a comprar equipos y traer
nuestras charlas a Santiago Centro, para así tener presencia en dos importantes
comunas de Santiago.
Tengo fe en la gente y en los seguidores de Star Road, también
tengo fe en lo que hacemos y en el material que estamos entregando día a día,
porque si no llegamos a la meta, vamos a seguir dándole y este proyecto seguirá creciendo.
Sin más, les dejo los links necesarios para que vean de qué se trata todo esto y cómo se puede colaborar.
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