Todos conocemos el significado de cada una de estas palabras, pero pocas veces nos paramos a pensar el inmenso alcance (y el inmenso PODER, precisamente) que tienen las palabra EMOCIÓN Y PODER juntas.
Desde que somos muy jóvenes oímos hablar de la "inteligencia emocional", pero pocas veces alguien se para a explicarnos la tremenda importancia que tienen las emociones en nuestra vida y cómo una buena gestión emocional puede ser decisiva a la hora de tener éxito.
Te preguntarás, y ¿por qué? Porque todas y cada una de las decisiones que tomamos en la vida, por pequeñas (¿qué me pongo hoy?) o grandes (¿qué carrera estudio?) que sean, se toman a partir de una emoción, y por lo tanto aprender a comprender y manejar nuestras emociones nos va ayudar a relacionaros mejor con nosotros mismos y a tomar mejores decisiones.
Nacemos con emociones y vivimos permanentemente con ellas. Sin ir más lejos, mientras lees esto, sentirás alguna emoción. Muchas veces no somos conscientes de ello y de la importancia que tiene cada una de las emociones que sentimos en cada pequeño acto de nuestra vida cotidiana. Las emociones están ahí y siempre nos están queriendo decir algo… ¡escúchalas!, ¡siéntelas!, ¡vívelas!, ¡no las reprimas! y, por último, GESTIONALAS.
¿Sabes que tenemos cuatro emociones básicas? Y, ¿sabes cuáles son? Te van a sonar mucho, son: Ira, alegría, tristeza y miedo. Y, te voy a dar una buena noticia: no hay emociones buenas o malas, hay emociones que nos potencian o que, por el contrario, nos limitan. Te pongo un ejemplo: ¿cuántas veces de pequeños nos han dicho "no tengas miedo"? ¡¡Seguro que muchas!!, lo que te ha hecho pensar que el miedo es una emoción negativa, una emoción mala, una emoción que no hay que tener. Pues no, ¡hay que tener miedo! ¡Gracias al miedo sobrevivimos y subsistimos! ¿Te imaginas no tener miedo? ¡Qué sería de nosotros! Hay que vivir el miedo, identificarlo, sentirlo, escucharlo y, si nos limita, a pesar del miedo… ¡actuar!, ya que nuestros sueños se pueden encontrar al otro lado del miedo. Decía Nelson Mandela: "no es valiente el que no tiene miedo, sino el que sabe conquistarlo". Así que… ¡ten miedo y conquístalo! Conquistar tus miedos te llevará a sentir, además, otra de las emociones básicas, ¡una inmensa alegría!
Lo mismo que te cuento del miedo se aplica a la tristeza, o ¿acaso podemos estar siempre alegres? Si fuese así, ¿acaso no estaríamos reprimiendo la tristeza? No es malo sentir tristeza, lo malo es instalarse en ella.
Hay que aprender de todas y cada una de las emociones.
Para que te hagas una idea de cuánto es la inmensa "carga emocional" que ponemos en todas y cada una de nuestras decisiones, un estudio dice que muchas de nuestras decisiones están tomadas con un 80% de emocionalidad y un 20% de racionalidad.
¿En qué consiste la inteligencia emocional? Es tener la capacidad para manejar, entender y trabajar las emociones de tal manera que para la toma de una decisión se equilibre la carga emocional y la carga racional. ¿A que no muchas veces te has dejado llevar por la ira y has tomado una decisión que luego, con la emoción ya más calmada, has considerado precipitada? Hay que escuchar la emoción, comprenderla, dejarla.
Como os decíamos antes, las emociones están permanentemente con nosotros y "hablan" de muchas maneras… incluso a través del cuerpo… sólo hay que saber identificarlas y gestionarlas.
Entrada enviada por Lara GO!, España.
:)
ResponderEliminarYo me declaro full emociones.....me guío con ellas....las encuentro tan lindas!!!!!!
ResponderEliminarInteresante post, yo soy pura emoción no, soy lo que soy y me comporto como lo que soy. Real mil
ResponderEliminarRolex Replica Watches
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