Manejar por la ciudad

No es sorpresa para nadie que en la ciudad de Santiago hay cada día más autos y uno se demora cada vez más en llegar a los diferentes destinos, y lo peor, cada vez la gente anda más estresada y desesperada por avanzar lo más rápido posible; y cuando digo avanzar, no me refiero a llegar más rápido, sino a ponerse un metro más adelante que el del lado o a adelantar como sea aún "tirando el auto encima" si es necesario.


Antes salía media hora antes de mi casa para llegar al trabajo; ahora ya voy en 45 minutos, y claro, en parte es porque todo está más lento, pero también porque la desesperación de todo el mundo hace que se vuelva todo más lento.

En mi camino me toca cruzar calles que están en arreglos por el Transantiago y una distancia que antes hacia en 5' ahora la hago casi en 15' porque hay un par de pistas menos y, como nadie es capaz de utilizar la regla básica de "uno y uno", están todos acelerando todo el rato para que no pase el del lado, entonces una fila no avanza nada porque la otra no deja "meterse" a nadie. Cada vez que veo eso me pregunto: ¿¿¿Van a cambiar sus vidas o les van a descontar una hora en el trabajo por dejar que un auto pase??? Otra cosa que me carga es toda esa gente que dobla en segunda y hasta tercera fila para poder pasar más rápido, y ni hablar de los que se paran en esos cuadrados amarillos que todo el mundo sabe (me imagino) son para todo lo contrario, es decir, dejar ese espacio libre para el acceso. Aahhh, y qué es eso de tocar la bocina en los tacos; pensarán que por hacer eso, los que están adelante, avanzaran mágicamente o creerán que la bocina hace salir alas, jajajaja. Lo último: cuando alguien está saliendo de un estacionamiento y ningún auto "da la pasada". ¡¡¡No sean tan mala onda, por favor!!!

Siempre he pensado que si la gente fuera un poco más empática para manejar, los tacos disminuirían demasiado porque muchas veces ocurren sólo porque todos quieren pasar primero cuando, a veces, simplemente dejando pasar al del lado se puede avanzar mucho más.

Por mi parte, creo que he tocado la bocina de mi auto como 3 veces en toda mi vida y todas por emergencias o porque de verdad el de adelante estaba paveando (a todos nos ha pasado alguna vez), pero nunca por un taco; cuando veo que hay una pista cortada y esa fila no avanza, dejo pasar a uno (sólo a uno, tampoco tan buena) y cuando veo a alguna mujer saliendo de un estacionamiento le hago cambio de luces para que salga porque me carga cuando a mí nadie me deja hacerlo. Un pequeño aporte que espero todos hagan conmigo alguna vez.

Recordé otra cosa que me carga: cuando en las carreteras usan la berma para adelantar o simplemente para circular. Ojalá esas personas nunca tengan un accidente y necesiten que llegue la ambulancia rápido. En estos casos reconozco que mi diablito sale a flote y me gusta (sobre todo en horas de tacos) ponerme un poquito pasada para no dejar que pasen y hacerles entender que eso no corresponde. Por último, para que la piensen de nuevo antes de hacerlo.

Y eso, un pequeño desahogo de mi conducción matutina y un recuerdo más del por qué amo ir a trabajar en bicicleta.





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